El presidente de EE.UU., Donald Trump, confirmó este miércoles que negará la entrada al país a todos los solicitantes de asilo debido a la crisis del coronavirus, aunque no planea por ahora “cerrar” la frontera con México a los viajes no esenciales, como ha ordenado hacer en la de Canadá.
“La respuesta es sí, muy pronto, probablemente hoy”, dijo Trump durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, al ser preguntado por si invocará una ley de EE.UU. con ese objetivo, como adelantó este martes el diario The New York Times.
La medida se aplicará tanto en la frontera con México como en la de Canadá y permitirá a Estados Unidos expulsar del país a los inmigrantes indocumentados sin ningún periodo de detención, ni el debido proceso.
La noticia alarmó a organizaciones como Amnistía Internacional (AI), que advirtió en un comunicado de que ese veto generalizado a la entrada de solicitantes de asilo “va contra las obligaciones legales internacionales y domésticas de EE.UU.”.
“Este veto no tiene nada que ver con mantener seguros a los estadounidenses respecto a la pandemia de coronavirus. El presidente Trump está jugando a meter miedo para justificar políticas racistas y discriminatorias”, escribió la directora para las Américas de AI, Charanya Krishnaswami.
El Gobierno de Trump argumentó al New York Times que, con la medida, busca evitar un contagio del COVID-19 dentro de los centros de detención para inmigrantes en la zona limítrofe con México que pueda afectar también a un gran número de agentes fronterizos, dejando desprotegida la frontera.
La medida que activará Trump es la sección 265 del punto 42 del código legal estadounidense, que permite prohibir la entrada de personas “de los países o lugares” pertinentes cuando el director de Salud Pública de EE.UU. determine que hay “peligro grave” de que se “introduzca” en el país una “enfermedad contagiosa”.
Es posible que esa palabra, la de “introducir” la enfermedad en el país, dé pie a demandas en los tribunales contra el Gobierno de Trump, dado que el coronavirus ya está presente en EE.UU. y el número de casos es muy superior al de México y de los países de origen de la mayoría de los indocumentados que llegan a la frontera.
Los funcionarios estadounidenses consultados por The New York Times alegaron que muchos de los migrantes que piden asilo llegan enfermos o sin los documentos que acrediten su historial médico.
Cuando se active la medida, en los puertos de entrada oficiales de la frontera con México, los agentes tan solo dejarán entrar a ciudadanos estadounidenses, residentes permanentes o a los extranjeros de países sin vetos con su documentación en regla.
Trump acordó este miércoles con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, el cierre parcial de la frontera entre EE.UU. y Canadá, por la que se bloquean todos los viajes considerados no esenciales, pero el mandatario estadounidense dijo que por ahora no tiene previsto hacer lo mismo con México.
“No cerramos, no vamos a cerrarla (la frontera con México), pero vamos a invocar una provisión concreta que nos permitirá mayor libertad sobre qué hacemos”, subrayó el presidente.
Trump también aclaró que el cierre parcial de la frontera con Canadá durará de momento “30 días”, como los vetos a la entrada de viajeros desde una treintena de países europeos, y después se decidirá si puede suspenderse la medida.
EFE