Las autoridades de Venezuela permitieron fuertes aumentos en las tarifas de servicios básicos como aseo y telefonía buscando más ingresos, en momentos en que se profundiza el deterioro de la economía del país petrolero por el coronavirus y la caída de los precios del crudo.
Las medidas siguen a un giro del régimen de Nicolás Maduro que desde el 2019 flexibilizó los controles de cambio y precios vigentes desde dos décadas, y permite que se hagan pagos en dólares y euros, para enfrentar las sanciones financieras que impuso Estados Unidos.
El interés del gobierno por percibir más ingresos por servicios e impuestos –que esta semana multiplicó por 30 la unidad para cobrar los tributos– va en contravía a las políticas de incentivos fiscales que han empezado a aplicar países como Colombia o Estados Unidos para aliviar las pérdidas económicas que trajo la pandemia del coronavirus.
En la semana, dos organizaciones empresariales pidieron al gobierno prórrogas para el pago de impuestos, entre otros incentivos fiscales, pero aún no hay respuesta a las solicitudes.
“El aseo llegó en 6 millones de bolívares y no puedo pagar eso”, dijo un pequeño comerciante que lleva 15 años vendiendo quesos en una zona del este de la ciudad y bajo la cuarentena nacional tiene problemas para surtirse y colocar su mercancía.
Esos 6 millones son equivalentes a unos 80 dólares, pero el comerciante que habló bajo condición de anonimato pagó en enero 20 veces menos por el servicio. Con la factura, le pidió al alcalde de su localidad revisar el caso porque aseguró que en breve no podrá costear todos los servicios en medio de la hiperinflación y recesión que golpean a la nación sudamericana.
En la semana que anunció los primeros casos de coronavirus y aplicó restricciones de circulación a los ciudadanos, Maduro autorizó un aumento de 2.900% en la unidad con la que se calculan multas e impuestos, como medida a la caída en la recaudación de tributos que en 2019, según la firma local Ecoanalítica, estuvo debajo de los 2.000 millones de dólares.
Por años el ajuste de esa unidad estuvo muy por debajo de la inflación voraz. El Congreso, bajo control opositor, informó que a febrero el crecimiento de los precios fue 3.276% interanual.
Solo en febrero se elevaron entre 80% y 749% las tarifas de servicios de internet, telefonía fija y móvil, de acuerdo con un informe visto por Reuters para el cálculo de inflación que elabora el Congreso. En Venezuela todos esos ajustes los regula el gobierno aún cuando los servicios lo suministren empresas privadas o públicas.
RIESGO DE QUIEBRA
“Si empiezan a liberar tarifas los comercios no podrán pagar por ellas. La teoría del libre mercado en una economía devastada es una quiebra”, advirtió el comerciante y un antiguo vocero del gremio empresarial, Jorge Botti. Las tarifas en su negocio han aumentado 100 veces en un año, dijo.
En el otrora rico país de altos ingresos petroleros, las tarifas de servicios básicos se mantenían congeladas por años, por lo que pasaron a ser un gasto mínimo y jamás una preocupación para comerciantes, empresarios o jefes de familia.
En un apartamento en una zona de clase media al sur de la ciudad el monto total por el servicio de telefonía más luz y aseo fueron equivalentes a 2 dólares en febrero, en un país donde el salario mínimo es 3,4 dólares.
Maduro reconoció este mes que están vendiendo el petróleo por debajo de los costos de producción en medio de la caída de los precios globales del crudo que provocó la pandemia y una lucha entre pesos pesados como Arabia Saudita y Rusia. Pero la mayor crisis en el flujo de divisas será imposible aliviarla con los cobros en la deprimida moneda local, advierten analistas.
La semana pasada la ministra de Ciencia, Gabriela Jiménez, dijo en una emisora de radio local que están evaluando que la telefónica estatal ajuste las tarifas de telefonía e internet.
Los incrementos llegan cuando hay fallas casi diarias de luz y hay racionamientos de agua en las principales ciudades del país, debido, según los expertos, a la falta de mantenimiento y desinversión. Venezuela, además, tiene uno de los más lentos servicios de internet en la región.
“Los aumentos no se corresponden con la mala prestación de los servicios. El agua no llega suficiente para abastecer hogares y restaurantes todos los días”, dijo Vito Vinceslao, un representante del sector comercial en Apure. Reuters