Dos décadas de polarización, persecuciones, cárceles, exilios, insultos, venganzas, miedos, mentiras y sectarismo promovidos por la retórica chavista, y que sus sucesivos adversarios no han podido (o no han querido) desmontar, han abierto un abismo de desconfianzas mutuas de tales dimensiones que impide que aun en una situación límite como la que se encuentra Venezuela cualquier posibilidad de acuerdo político sea posible. Así lo reseña alnavio.com
Por Pedro Benítez
En ciertos círculos políticos y de opinión venezolanos se ha despertado en las últimas horas la esperanza de que el devastador impacto que la pandemia del coronavirus puede tener en el país sea la oportunidad de algún acuerdo político entre el chavismo y el antichavismo. Entre Nicolás Maduro y Juan Guaidó.
Pero por lo visto esa es una opción imposible hoy. Condicionado por un Maduro que ni aun en las presentes circunstancias le da tregua, el liderazgo del campo democrático que encarna Guaidó tiene muy poco margen de maniobra para intentar construir un puente hacia el otro país.
En los últimos días Guaidó ha jugado el rol del liderazgo responsable. Suspendió actividades de calle, designó un comité de altísimo nivel con varios de los profesionales de la salud más prestigiosos del país, ha llamado a que se acate la cuarentena y puso a la disposición del público una página web con la información respectiva. La respuesta del otro lado ha sido bloquear el acceso a ese sitio web y detener en las últimas horas a médicos, e incluso pacientes, que denuncian el estado calamitoso de la salud publica en Venezuela.
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