Katherine Molina es una caraqueña que tiene seis años viviendo en Barcelona, España, y aunque ha tomado todas las medidas posibles para evitar ser infectada por la pandemia del coronavirus (COVID-19), es uno de los miles de casos positivos en el país europeo que ahora está en una crisis sanitaria.
Por lapatilla.com
“En España prácticamente no están diagnosticando a la gente”, comentó Molina en una entrevista para el podcast criollo de comedia Escuela de Nada, conducido por Leo Rojas, Nacho Redondo y Chris Andrade.
Como una persona propensa a otras enfermedades respiratorias, Katherine ya sabe distinguir un cuadro de asma y de bronquitis. Pero un día cuando salió de su vivienda para comprar alimento sintió algo distinto en su cuerpo: “Me quedé sin aire pero no era síntoma de asma, sino de una manera distinta”, y allí fue cuando tuvo su sospecha más certera.
Comentó que hace dos semanas tuvo que viajar a Tenerife para cuidar de su abuelo hospitalizado así que lavaba sus manos constantemente; la principal medida para evitar ser contagiada. Sin embargo, en su vuelo de regreso a su hogar notó que “todo el mundo estaba tosiendo al rededor” y no tapaban sus bocas cuando lo hacían.
“El único momento donde estuve expuesta, como tal, fue en el avión“, dijo con certeza a los comediantes pues afirmó que casi nunca salía de su casa para no contraer la enfermedad.
A los tres o cuatro días comenzó a manifestar síntomas como fatiga, tos leve, fiebre y falta de aire, por ello llamó a una línea habilitada para posibles casos de COVID-19. Al principio no se comunicó, “estaba saturado el número”, así que intentó en la madrugada y luego de lograrlo le dijeron que un personal médico la iba a visitar para hacerle la prueba pero nunca llegó, además que tajantemente le pidieron que dejara de llamar porque había personas en peor estado.
Tras varios intentos fallidos por conseguir una visita de personal de la salud, fue a un centro médico donde tuvo una experiencia extraña: “me trataban como si fuese una bomba nuclear”. “Ni siquiera me dejaban entrar sino que en la entrada me interceptó un enfermera y me dijo que probablemente tengo coronavirus”, relató la joven a Escuela de Nada.
La pasaron a un consultorio donde por fin fue atendida por una doctora que le examinó los pulmones pero, pese a que le confirmó que sí tenía COVID-19, le advirtió que en España a casi nadie le están haciendo la prueba porque el sistema de salud está saturado.
La enviaron devuelta a casa con un certificado que avala que es un caso positivo y hasta ahora se ha mantenido en total aislamiento aunque vive con compañeros de piso: “siempre salgo del cuarto con mascarillas, tengo un baño para mí sola. Llevo todos estos nueve días metida en mi cuarto“.
Katherine contó uno de los síntomas más raros que ha tenido: “Sentía como si tuviera frío adentro de los pulmones“. Además, aseguró que la enfermedad no la deja realizar tareas simples porque la fatiga se lo dificulta: “no he tenido fuerzas suficientes para ordenar mi cuarto”, dijo, “es una impotencia muy grande porque no le puedo pedir ayuda a nadie para limpiar y al mismo tiempo no soy capaz de limpiar yo“.
El procedimiento para alimentarse también cambió, ahora aplica un protocolo: “No tengo ninguna clase de apetito pero todos los días algún familiar deja una bolsa de comida frente a la puerta de la casa y mis compañeros la agarran y la dejan frente a mi cuarto”.
España hasta los momentos registra casi 40 mil casos positivos de coronavirus y 2.808 muertes. Esto lo ubica en el cuarto país con mayores cifras a causa de la pandemia global debajo de EEUU, Italia y China.