La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió hoy contra el uso de tratamientos contra el coronavirus, o COVID-19, que no hayan sido probados clínicamente, el mismo día que confirmó que pacientes de Noruega y España comenzarán test clínicos con fármacos a los que el organismo sí ha dado su visto bueno.
“Pedimos a países e individuos que se abstengan de usar terapias que no hayan probado ser efectivas en el tratamiento contra el COVID-19”, declaró en una rueda de prensa el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
“La historia de la medicina está llena de ejemplos de fármacos que sobre el papel o en el tubo de ensayo funcionaban, pero que no lo hicieron en humanos, o incluso fueron perjudiciales para ellos”, advirtió el médico etíope.
“Debemos seguir las evidencias, no hay atajos”, afirmó, recordando que no se estima que se pueda disponer de una vacuna contra el coronavirus antes de un año o año y medio.
Tedros confirmó hoy que en España y Noruega se iniciará la prueba en pacientes de tratamientos sí aceptados por la OMS (aunque aún en fase de test clínico), dentro del programa Ensayo de Solidaridad, con el que casi medio centenar de países comparten conocimientos para acelerar la búsqueda de vacunas y curas contra el COVID-19.
“Son unas pruebas históricas, que ahorrarán enormemente el tiempo necesario para generar evidencias concluyentes de los efectos que tienen según qué fármacos”, subrayó Tedros.
Estos ensayos, apoyados por la OMS, trabajan principalmente con cuatro tratamientos.
Un primero testa en pacientes de COVID-19 el uso del antiviral “remdesivir”, producido por la compañía Gilead y usado contra el ébola, mientras que otro combina “lopinavir” y “ritonavir”, comúnmente usados para portadores de VIH.
Un tercero añadiría a esos dos antirretrovirales el uso de “interferon beta”, usado contra la esclerosis múltiple, y el cuarto prueba en pacientes la “chloroquina”, un medicamento utilizado contra la malaria y el reumatismo, disponible en casi todo el mundo.
EFE