En India, las autoridades y la prensa cubren de elogios a los médicos, enfermeras, repartidores o empleados de compañías aéreas, “héroes” de la lucha contra la pandemia. Pero la población más paranoica los ataca e incluso los expulsa de sus domicilios.
Durante los últimos días se han producido numerosas agresiones contra personas que trabajan en sectores esenciales de este país de 1.300 millones de habitantes, que desde el miércoles cumple tres semanas de confinamiento.
El fenómeno ha aumentado tanto que hasta los políticos están alarmados. El primer ministro Narendra Modi abordó el “enorme problema” del acoso al personal sanitario.
Algunos portales de ventas en línea han interrumpido los repartos debido en parte a la hostilidad contra sus equipos. En al menos un caso se ha acusado a la policía de pegar a un repartidor que entregaba medicamentos.
Sanjibani Panigrahi, una médica de la ciudad de Surate (Gujarat, oeste), fue abordada a su regreso a casa después de un largo día de trabajo en un hospital que trata a pacientes infectados por coronavirus.
Sus vecinos la bloquearon en la entrada del apartamento y la amenazaron con “consecuencias” si seguía trabajando, cuenta a la AFP.
“Son las mismas personas que se relacionaban conmigo encantadas. Cuando tenían un problema, las ayudaba”, lamenta la mujer de 36 años.
“La gente tiene miedo. Lo entiendo. Pero es como si de repente me hubiera vuelto intocable”, declara.
Esta semana, los médicos del All India Institute of Medical Sciences de Nueva Delhi, el hospital público de más renombre del país, pidieron ayuda al gobierno después de que algunos sanitarios fueran expulsados de su vivienda por los propietarios o por la sociedad que gestiona el edificio.
“Muchos médicos están en la calle con sus maletas, sin tener a dónde ir, en todo el país”, escribieron en una carta abierta.
– Parias –
Tras reunirse con médicos y enfermeras, Narendra Modi pidió a los indios que dejaran de tratarlos como a parias y afirmó que hacían un trabajo “divino”.
“Estas son las personas que nos salvan actualmente de la muerte, que ponen sus vidas en peligro”, dijo.
Pero el personal sanitario no es el único marginado en este clima de sospecha donde proliferan los rumores y las informaciones falsas. Entre los otros apestados figuran los empleados de aerolíneas o aeropuertos, movilizados para traer a ciudadanos indios bloqueados en el extranjero o gestionar los cargamentos de mercancías.
Dos de las principales compañías aéreas del país, Air India e Indigo, han publicado comunicados que condenan los ataques a sus equipos.
Los vecinos de una azafata de Air India, que debía ir a Estados Unidos, amenazaron con expulsarla del apartamento y le dijeron que iba a “contagiar a todos”.
“Esa noche no pude dormir”, cuenta a la AFP la azafata, que pidió el anonimato. “Tenía miedo si llegaba a casa de que alguien rompiera la puerta o llamara a gente para echarme”.
Su marido tuvo que llamar a la comisaría para apaciguar los ánimos.
Pero otros no han tenido esa suerte, cuenta la azafata. Una de sus compañeras, que no ha querido hablar con la AFP, fue expulsada de su vivienda y tuvo que irse a vivir con sus padres.
“Con toda la información falsa y los envíos de mensajes en WhatsApp, (las personas) no saben lo que está pasando, entonces surge una paranoia que les hace comportarse de esa manera”, explica la azafata.
La asociación de pilotos de vuelos comerciales de India ha recibido más de 50 quejas de miembros de la tripulación, afirmó a la AFP su secretario general T. Praveen Keerthi.
“Los guardias de seguridad niegan a los trabajadores de las aerolíneas la entrada a sus propios lugares de residencia”, denuncia.
“Tenemos familias y niños que dejamos en casa para ayudar a nuestros conciudadanos”, lamenta, “lo mínimo que esperamos es que nuestros colegas no sean hostigados ni marginados”. AFP