El ministro francés de Sanidad, Olivier Véran, cree que España no prestó la atención suficiente a la calidad de los test del COVID-19 que ha tenido que acabar devolviendo a China e insiste en que, por su parte, lo que prima es la fiabilidad por encima de cualquier otro criterio.
En una entrevista publicada este domingo por el dominical “Le Journal du Dimanche”, el ministro se defiende de los reproches de que Francia está peor organizada que Alemania, que está llevando a cabo pruebas del coronavirus de forma masiva.
Además de precisar la nueva estrategia francesa de generalización de test, señala que “hay que velar por su fiabilidad. Algunos países extranjeros nos han mostrado que comprar test demasiado deprisa, sin verificación, es un fracaso”.
En una conferencia de prensa el sábado junto al primer ministro, Édouard Philippe, Véran había sido más explícito al referirse dos veces al caso español.
“No hay que bajar la sensibilidad (de las pruebas). Lo hemos visto en España, lo vemos en otros países de nuestro entorno que han empezado a bajar un poco las normas y los criterios, y que se han encontrado en dificultades con pacientes a los que no conseguían detectar. Nosotros en Francia primamos la calidad por encima de los otros criterios”.
En la comparecencia con Édouard Philippe, el titular de Sanidad anunció que de las 5.000 pruebas clásicas diarias actuales se va a pasar a 30.000 a finales de abril y a 50.000 en mayo.
Y en paralelo, se ha comprado una partida de cinco millones de test rápidos -del tipo de los que fallaron en España- de forma que Francia utilizará inicialmente 30.000 diarios para subir la cadencia a 100.000 diarios en mayo-junio.
EFE