Gerson Pabón, un agricultor que produce papas y zanahorias en Venezuela, lleva días con el temor de perder sus cosechas en el fronterizo estado Táchira porque los intermediarios a los que les vende no encuentran gasolina para llevarlas a Caracas.
La movilización de hortalizas, frutas y alimentos procesados en las regiones de la nación OPEP lleva más de dos semanas con demoras por las severas fallas en el suministro de combustible, justo cuando el país entró en cuarentena para detener la expansión de los casos de coronavirus, dijeron diez fuentes de los sectores agrícola y agroindustrial.
El gobierno de Nicolás Maduro y la estatal petrolera PDVSA enfrentan trabas para vender petróleo y comprar aditivos o gasolina en el mercado internacional por las sanciones de Estados Unidos y la caída de ingresos, tras el desplome de los precios del crudo que provocó la pandemia.
La crisis se agudiza hasta tal punto que las autoridades ordenaron la semana pasada junto con la cuarentena el cierre de muchas estaciones y racionan las ventas a sectores estratégicos como alimentos y medicinas, pero aún así los transportistas no encuentran cómo surtirse en una escasez que amenaza el abastecimiento de comida.
“Cómo hace un productor para buscar los vegetales si apenas le permiten echar 15 litros de gasolina. Eso no alcanza para ir al campo y volver al centro de acopio”, dijo el agricultor Pabón de 52 años. “Si la gente no se alimenta será peor”, afirmó angustiado.
La cosecha de tomate, pimentón y cebolla tendrá problemas para sacarse dijo Aquiles Hopkins, presidente de Fedeagro, la organización que agrupa a los productores del campo en el país, por la falta de combustible en los estados de Táchira, Mérida, Lara y Trujillo, zonas claves en la producción de hortalizas.
“El problema más grave ahora es el combustible, no el coronavirus”, señaló un alto ejecutivo de la industria de alimentos, sector que empezó a reducir producción pese al llamado de las autoridades de que las plantas no se detengan en la cuarentena.
“Algunos oficiales con los que hablamos nos dicen que el problema de la gasolina no tiene solución”, agregó.
Otro ejecutivo que se reunió con un grupo de oficiales el fin de semana en el central estado Carabobo y que pidió reservar su nombre, señaló que “a corto plazo nos dicen que esa situación no mejorará”.
La carencia de combustible retarda la movilización de la producción de alimentos desde las plantas hacia los centros de distribución, e incluso, afecta el traslado del personal a las instalaciones. Este obstáculo llevó a algunas fábricas a paralizar las máquinas en la última semana a pesar de disponer de materia prima, dijeron las fuentes.
El problema de la gasolina se extiende a toda la cadena productiva, agregó Adán Celis, presidente de Conindustria, gremio al que pertenecen las principales industrias del país. “Se afecta desde la producción de envases, químicos y hasta tinta para las etiquetas”, dijo.
Cuando entró en vigencia la cuarentena nacional el 17 de marzo unidades militares bloquearon pasos de camiones, buses y autos, al tiempo que gobernadores en algunas entidades restringieron el tránsito entre un estado y otro.
A los pocos días, los oficiales designados en las regiones autorizaron la circulación del transporte de carga, en especial de alimentos y medicinas, señalaron empresarios y agricultores consultados, pero ahora las fallas de combustible limitan de nuevo la movilización.
La actividad agrícola e industrial cayó a mínimos por los años de controles y no logra recuperarse pese a que en 2019 las autoridades flexibilizaron las regulaciones. Las acciones para sacar a la economía de la recesión llegaron tarde. Las empresas venden menos porque la hiperinflación golpea el ingreso, que ha llevado a la migración de cinco millones de venezolanos.
En el fronterizo estado Zulia productores de plátano han perdido parte de su cosecha por la imposibilidad de movilizarla.
“Al no poder hacer llegar fertilizantes y combustible se terminará en una escasez mayor de plátano”, dijo Enrique Govea, agricultor que vendió una poca cosecha plátano en 0,13 centavos de dólar el kilo, muy por debajo de su costo de producción.
“BUSCAREMOS CARRETAS”
El suministro de combustible ha empeorado en los últimos días por las menores compras externas. Hasta la semana pasada PDVSA importó 90.417 barriles por día de combustible, cuando en enero y febrero compraba unos 165.000 bpd, según datos de la estatal y de Refinitiv Eikon.
El fin de semana Venezuela exportó unos 400.000 barriles de diésel y combustible para aviones a Cuba. Mientras, las industrias solo han logrado encontrar un tercio del gasoil que necesitan, dijeron las fuentes. Hay estados al occidente y oriente del país donde casi no se consigue ningún combustible para el transporte de mercancía.
El Ministerio de Información no respondió a solicitudes de comentarios.
La red de supermercados, al menos de la región central y la capital tiene inventarios de comida para vender por algunas semanas más, dijeron fuentes de ese sector comercial. Pero las regiones al este de Venezuela, que casi no producen alimentos, son los que más sufrirían con la lentitud en la movilización de la comida, dijeron agricultores y empresarios.
En Zulia, que produce un 40% de la carne y leche que surte al mercado nacional, algunos productores han paralizado el ordeño cansados de no lograr llevar la leche a las plantas en los últimos 12 días.
“Haremos como nuestros antepasados y buscaremos carretas para el traslado”, señaló Armando Chacín, presidente del gremio de los ganaderos.
Reuters