El estado de Nueva York, epicentro de la pandemia de la COVID-19 en Estados Unidos, registraba este martes 75.795 casos, 9.298 más que ayer, y 1.550 fallecidos, 332 más que ayer, mientras las autoridades refuerzan e intentan unificar su sistema sanitario a la espera del pico de contagios, que según diferentes estimaciones puede llegar en un rango de entre 7 y 21 días, informó el gobernador Andrew Cuomo.
“Estamos buscando todos la cima, y aún estamos al otro lado de la montaña. Seguimos subiendo y el número de personas que se hicieron la prueba anoche fue casi récord (…) El total de personas testeadas son unas 200.000 para una población de 19 millones. Nos está ayudando a encontrar los casos positivos”, dijo Cuomo en su actualización diaria de los datos.
En Estados Unidos hay ya más de 172.000 casos, con lo que ha superado las cifras de China, donde se originó el virus, y Nueva York sigue a la cabeza con casi 76.000 positivos, seguido de lejos por el estado vecino de Nueva Jersey (16.600), California (7.400) y Michigan (6.500).
Cuomo dejó ver que casi 11.000 personas están hospitalizadas, unas 1.400 más que ayer, de las cuales unas 2.700 con pacientes de cuidados intensivos (UCI), casi 360 más que ayer, y entretanto se ha dado de alta a casi 5.000 personas en total, unas 770 más.
La mayor carga se encuentra en la ciudad de Nueva York, que concentra más de 43.000 casos, casi 5.700 más que este lunes, y que está recibiendo ya refuerzos para unos hospitales que empiezan a desbordarse con el buque hospital US Comfort de las Fuerzas Armadas, con un millar de camas para pacientes que no tienen el virus, o el hospital de campaña establecido en el centro de convenciones Javits, que reúne tres millares.
En una comparecencia más larga de lo habitual, y en la que admitió estar “cansado de andar detrás del virus”, Cuomo se aferró a los símiles bélicos y aseguró que hay que “anticiparse a la próxima batalla”, para lo que las autoridades están “reuniendo equipamiento que no necesitan hoy, porque hoy no es el día de la batalla, sino cuando alcancemos la cima de la montaña”.
En ese sentido, el gobernador instó a que haya una “aceptación social” de que la crisis de la COVID-19 no va a acabar “pronto” y reveló que, de acuerdo a cinco modelos que maneja sobre la curva de contagios en el estado, el “rango está en algún punto entre 7 y 21 días”, un margen “demasiado amplio” para el que anima a “calibrar las expectativas de manera que no nos decepcionemos cada vez que nos levantamos”.
Cuomo señaló que el sistema de hospitales del estado tiene “dos universos separados”, el público y el privado, pero sostuvo que necesitan “una cooperación, flexibilidad, comunicación y velocidad sin precedentes” en la que se está trabajando para que funcionen “como uno solo” a la vez que se distribuye a unos 78.000 sanitarios que se han ofrecido voluntariamente a trabajar.
Asimismo, cargó con dureza contra la gestión del Gobierno para adquirir respiradores y afirmó que las autoridades están “compitiendo” por los mismos productos “como si fuera eBay” y subiendo el precio, que se sitúa en torno a 25.000 dólares por unidad: “Los 50 estados no deberían competir entre ellos y luego FEMA no debería llegar tarde y competir contra los 50 estados. No hay que ir a Harvard para saber eso”.
EFE