El apocalipsis como un “desvelamiento”: Lo que la religión nos enseña sobre el final de los tiempos

El apocalipsis como un “desvelamiento”: Lo que la religión nos enseña sobre el final de los tiempos

Foto: The New York Times

 

 

Shamain Webster, quien vive en los suburbios de Dallas, tiene tiempo viendo las señales de un inminente apocalipsis, tal como lo predijo la Biblia.

Por Elizabeth Dias – The New York Times

“Se levantará reino contra reino”, les dijo Jesús a sus discípulos en el evangelio de Lucas. Webster ve una amplia división política en este país. “Y habrá terror y grandes señales del cielo”, dijo Jesús. Ella ve cómo se desvanecen los valores bíblicos. Un gobierno que no actúa en el mejor interés de las personas. Y ahora esto, una pandemia.

Pero Webster, una cristiana evangélica de 42 años, no tiene miedo. Ha estado escuchando en línea a uno de sus predicadores favoritos, quien ha dicho que la pandemia del coronavirus es una “restauración divina”.

“Este tipo de momentos realmente te hacen revaluar todo”, afirmó Webster. Mientras todos pasamos por un periodo de aislamiento, añadió, Dios está usando este momento para el bien, “para enseñarnos y entrenarnos en cómo vivir mejor la vida”.

Para personas de muchos credos, e incluso para los que no tienen ninguno, últimamente hay una sensación de que el fin del mundo está cerca. No solo hay una plaga, sino que cientos de miles de millones de langostas están pululando en África Oriental. Incendios forestales han devastado Australia y exterminado a un número incontable de animales. Un terremoto reciente en Utah sacudió incluso el templo de Salt Lake hasta la punta de su icónica torre, lo que causó que la trompeta de oro se cayera de la mano derecha del ángel Moroni.

Sin embargo, la historia del apocalipsis es bastante vieja. En antiguas tradiciones religiosas más allá del cristianismo —incluyendo el judaísmo, el islamismo y el budismo— es una narrativa común que surge en momentos de crisis sociales y políticas, cuando la gente intenta procesar eventos impactantes.

La palabra original en griego — apokalypsis— significa un desvelamiento, una revelación.

“No es solamente sobre el fin del mundo”, afirmó Jacqueline Hidalgo, catedrática de religión en el Williams College en Massachusetts. “Nos ayuda a ver algo que estaba escondido”.

Mientras la pandemia empuja a los Estados Unidos y a la mayoría del mundo a un nuevo orden social y económico, los que estudian y practican religiones ven verdades más profundas que están siendo develadas.

La crisis está revelando desigualdades en la atención médica, divisiones de clase y el hecho de que los trabajadores más importantes de la sociedad estadounidense se encuentran entre los peor remunerados, afirmó Jorge Juan Rodríguez V, doctorando en historia de la religión en el Seminario Teológico de la Unión en Nueva York. “Lo que se está revelando son las fallas que siempre han existido en el sistema”, dijo. “Hasta ahora las estamos notando porque el sistema está estresado”.

Alrededor del 44 por ciento de los posibles votantes en Estados Unidos ven la pandemia del coronavirus y la crisis económica como un llamado al despertar de la fe, una señal del juicio venidero de Dios o ambos, según una encuesta encargada por The Joshua Fund, un grupo evangélico dirigido por Joel C. Rosenberg, quien escribe sobre el fin del mundo, y que fue realizada la semana pasada por McLaughlin & Associates, las encuestadoras que trabajan para el presidente Donald Trump y otros republicanos.

David Jeremiah, un pastor que se ha convertido en uno de los asesores evangélicos informales de Trump, preguntó en un reciente sermón si el coronavirus era una profecía bíblica y calificó a la pandemia como “la cosa más apocalíptica que nos ha pasado”.

Entre los cristianos, una de las narrativas apocalípticas más conocidas es el libro de las Revelaciones del Nuevo Testamento, el cual cuenta la historia de la derrota de una bestia malvada, un juicio final divino y la llegada de la Nueva Jerusalén.

Si bien muchos eruditos bíblicos interpretan el libro como una historia sobre la destrucción de los sistemas políticos corruptos, muchos cristianos evangélicos creen que describe el arrebatamiento: el regreso de Jesús para salvar a los creyentes durante un periodo de tribulación.

En Estados Unidos, donde el cristianismo es la religión dominante, cerca del 40 por ciento de los adultos estadounidenses creen que Jesús definitiva o probablemente regresará a la tierra antes del 2050, lo que incluye a 1 de cada 5 personas sin afiliación religiosa, según el Centro de Investigaciones Pew.

Algunos cristianos evangélicos están esperanzados por la promesa divina de que Dios los ha salvado para la eternidad, una sensación de seguridad entre tanta incertidumbre. “Para mí personalmente es un simple recordatorio de que Dios es soberano”, dijo Mark Lovvorn, de 65 años, quien asiste a la iglesia First Baptist Dallas y es presidente del Providence Bank of Texas.

Durante siglos, las tradiciones religiosas no solo han ofrecido una manera para que los humanos entiendan los momentos apocalípticos. Con el paso del tiempo, estas horas de crisis también han moldeado a la religión.

Algunas de las especulaciones apocalípticas más antiguas se encuentran en las escrituras judías, en historias como el libro de Daniel, cuando la época helenística dio paso a los romanos alrededor de los siglos II y I a.C. y las comunidades judías sufrían una violenta persecución. Algunos judíos volvieron a hacer conjeturas sobre el final de los tiempos cuando el ejército romano destruyó el Segundo Templo en Jerusalén en el año 70 d.C.

Mientras los primeros cristianos recurrían a un salvador externo y los romanos continuaban aplastando rebeliones, los líderes judíos se dieron cuenta de que necesitaban sobrevivir en el mundo tal como lo conocían, explicó David Kraemer, bibliotecario jefe y profesor de Talmud y cuestiones rabínicas en el Seminario Teológico Judío de América, en Nueva York.

Los rabinos desarrollaron un sistema en el que los judíos podían vivir en cualquier lugar, bajo cualquier gobierno y tener vidas significativas conectadas con sus vecinos y con Dios.

“Ese fue el judaísmo que permitió que los judíos sobrevivieran a la persecución, las plagas, los siglos medievales y hasta la modernidad temprana”, afirmó Kraemer.

Cada año, la celebración de la Pascua hebrea, la cual comienza la próxima semana y relata las diez plagas del libro del Éxodo, es un recordatorio de la redención de Dios. El Séder de Pésaj “dice que ya hemos pasado por circunstancias difíciles y las superaremos”, afirmó.

En la tradición islámica, el Corán relata historias de plagas y de un terremoto final que destruirá la tierra, así como historias sobre encontrar a Dios en el mundo creado.

Sin embargo, en el islamismo tradicional hay una distinción entre el fin del mundo y el concepto del apocalipsis, afirmó Amir Hussain, profesor de teología de la Universidad Loyola Marymount en Los Ángeles. El apocalipsis también se refiere a lo que sucede cuando abrimos nuestros ojos.

“Mira la creación, mira los océanos”, dijo Hussain, reflexionando sobre uno de sus pasajes favoritos en el Corán, que trata sobre la misericordia de Dios. “¿Cuánto mejor es tener ese entendimiento durante este tiempo de vida?”.

En el budismo, el tiempo es cíclico, no lineal, lo que hace que el apocalipsis sea tanto un final como un principio. “El apocalipsis sucede, y luego comienza un nuevo orden: un nuevo orden social y moral”, afirmó Vesna Wallace, profesora de budismo de la Universidad de California en Santa Bárbara. “La historia se repite”.

Las historias apocalípticas en las escrituras budistas comparten temas similares, y por lo general incluyen a un gobernante injusto, desigualdad social, plagas y frutas que no maduran, explicó Wallace, refiriéndose a textos de los siglos V y XI.

“Los ídolos del país están siendo expuestos” aseguró Ekemini Uwan, teóloga pública y copresentadora del podcast “Truth’s Table”. “Hay personas promoviendo que lancemos a nuestros abuelos al matadero, que los sacrifiquemos en el altar del capitalismo”, añadió en referencia a los líderes republicanos que han sugerido que los ancianos estadounidenses podrían estar dispuestos a sacrificarse para salvar empleos.

Por demasiado tiempo, Estados Unidos ha estado en “terapia intensiva espiritual”, confiando en su propia invencibilidad, afirmó Uwan.

“¿Es el fin del mundo? Quizá sí, quizás no”, afirmó. “Pero debemos estar preparados. Necesitamos aprender a contar nuestros días, porque realmente no sabemos cuándo exhalaremos nuestro último aliento”.

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