El Vaticano expresó su satisfacción por la sentencia unánime de absolución dictada por la máxima autoridad judicial de Australia en favor del Cardenal George Pell, exresponsable de la Secretaría Económica de la Santa Sede que había sido condenado a seis años de prisión por abusos sexuales a dos menores.
“La Santa Sede, que siempre ha confiado en la autoridad judicial australiana, acoge con satisfacción la sentencia unánime dictada por el Tribunal Supremo en favor del cardenal George Pell, que lo absuelve de las acusaciones de abuso a menores, revocando su condena”, se lee en un comunicado.
El Vaticano recuerda “que el cardenal defendió siempre su inocencia, atendiendo que la verdad fuera probada”.
“La Santa Sede se vale de esta ocasión para reafirmar su compromiso en la prevención y persecución de cualquier tipo de abuso a menores”, se añade en la nota.
Pell fue puesto hoy en libertad después de que la máxima instancia judicial de Australia anulara su condena a seis años de prisión por abusos sexuales cometidos contra dos menores en los años 90.
En el fallo, que no puede ser recurrido, el pleno de los magistrados del Tribunal Superior de Australia consideró que existió “una posibilidad significativa de que una persona inocente haya sido condenada porque las pruebas no establecieron la culpabilidad con el nivel de prueba requerido”.
El ex “número tres” del Vaticano, la figura de mayor rango en la jerarquía de la Iglesia católica que ha comparecido ante un tribunal por acusaciones de pederastia, siempre mantuvo su inocencia y, tras ser liberado, no hizo declaraciones a la prensa, pero dijo en un comunicado que espera que su absolución no añada más “dolor y amargura” a la que ya sienten las víctimas de abusos sexuales.
Durante todo el proceso, el Vaticano siempre remarcó que el cardenal reiteró su inocencia y que tenía el derecho a defenderse hasta la última instancia.
Y justo hoy el papa Francisco tuvo un recuerdo para las personas “que sufren sentencias injustas, debido a la persecución”, y les dedicó la misa matutina en su residencia de la Casa Santa Marta.
EFE