Stephanie Grisham, portavoz del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejará en breve su cargo para volver a trabajar con la esposa del mandatario, Melania Trump, anunció la Casa Blanca el martes.
Grisham, de 43 años y que tomó el prestigioso cargo de secretaria de prensa hace menos de un año, rompió con la tradición establecida durante décadas en Washington y nunca apareció en la sala de prensa de la Casa Blanca para responder a las preguntas de los periodistas.
“La primera dama Melania Trump anuncia hoy que Stephanie Grisham se reincorpora a tiempo completo en el Ala Este como jefa de personal y vocera”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
En “los próximos días” se anunciará su reemplazo como secretario de prensa de la Casa Blanca, dijo Grisham.
La hasta ahora portavoz tomó ese puesto en junio del año pasado pero permaneció en gran parte invisible, debido a la incesante campaña de Trump contra lo que él considera periodistas injustamente críticos.
La salida de Grisham podría ser también una señal del inicio de una reorganización de personal por parte de Mark Meadows, nuevo jefe de gabinete.
Meadows es la cuarta persona en ocupar ese cargo bajo el mandato de Trump, mientras que Grisham es la tercera secretaria de prensa, luego de tomar el relevo de Sarah Sanders.
Con Sanders casi desapareció la larga tradición de la sesión informativa diaria que se realizaba en el Ala Oeste de la Casa Blanca a cargo del secretario de prensa.
En el periodo de Grisham no hubo ninguna sesión informativa, lo que reflejó en gran medida la transformación de las relaciones públicas presidenciales por parte de su jefe y su tempestuoso trato con los medios de comunicación.
La mayoría de sus apariciones públicas fueron entrevistas poco incisivas en Fox News, que sirve cada vez más como medio para hacer llegar los mensajes del presidente al país.
Todo sale a través de los tuits diarios de Trump, donde comparte desde pensamientos aleatorios sobre política hasta el anuncio de grandes medidas o cambios de personal.
El presidente también da largas y frecuentes entrevistas a periodista abiertamente leales en Fox News.
Pero a diferencia de mandatarios anteriores, responde a preguntas frecuentes de los periodistas de la Casa Blanca antes de volar en el helicóptero Marine One o durante lo que solían ser fotos sin discursos en el Despacho Oval.
La abandonada sala de conferencias de la Casa Blanca ha adquirido nueva vida con las ruedas de prensa diarias de Trump por el coronavirus.
El mandatario aparece ahora diariamente en el estrado para maratónicas sesiones de preguntas y respuestas.
Durante las sesiones informativas Trump no está acompañado por sus asesores de prensa, elige él mismo qué reporteros hablarán y comenta la supuesta imparcialidad de sus preguntas.
Trump ha hecho de los ataques a periodistas un pilar de su marca política llamándolos con frecuencia “falsos”, “vergonzosos” o de “segunda categoría” ante una audiencia de millones de televidentes.
En sus mítines de campaña anima a las grandes multitudes a girarse y abuchear al pequeño grupo de periodistas que cubren el evento.
AFP