Venezuela no puede negociar con delincuentes ni terroristas. Mucho menos ofrecerles formar parte de un gobierno de emergencia nacional. Venezuela lo que debe es someterlos y ponerlos en manos de la justicia. Lo otro, no solo sería un disparate de marca mayor, sino una sinvergüenzura.
No busquemos hacia ningún otro lado, esas mafias son las culpables de la desgracia que estamos viviendo en Venezuela en este momento, y en los años recientes.
Son las culpables que millones de venezolanos en los últimos años hayan optado por emigrar, en búsqueda de esa calidad de vida que aquí se le negaba y se les sigue negando.
Son las culpables del hambre que padecen millones de venezolanos debido a una crisis económica prolongada y criminal que ha enflaquecido a la población, en la misma medida como los cabecillas de esas bandas han aumentado de peso.
Ellas, las mafias, son las culpables de la inflación desmedida y la desvalorización de nuestro signo monetario; son las responsables de esas reconversiones y devaluaciones que pulverizaron a nuestra moneda y terminaron de aniquilar la estabilidad financiera y monetaria de la República.
Son las responsables de la tragedia que viven miles de venezolanos que son expulsados de los países de América Latina, y son las culpables porque si no fuera por ellas, y por sus criminales actuaciones, en primer lugar los venezolanos no hubieran salido huyendo del caos que crearon en Venezuela.
Son las culpables de la quiebra del aparato productivo nacional, de la destrucción de los campos agrícolas y pecuarios; son las culpables de la aniquilación de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y culpables de la destrucción ambiental del país.
Y son también las culpables de que Venezuela no tenga capacidad de respuesta ante el Coronavirus, porque durante todo este tiempo, y a pesar de los enormes ingresos económicos, cuando el barril de crudo estaba a un precio idílico, nunca atendieron la insfraestructura hospitalaria.
Los hospitales se caen a pedazos por culpa de estos delincuentes, no hay insumos médicos por culpa de la involución del siglo XXI. Los médicos son perseguidos, acosados, intimidados y hasta encarcelados por orden de estos bandoleros y todo ese equipo de fracasados que los rodean.
Los delincuentes y terroristas son los culpables del estado de vulnerabilidad de la ciudadanía venezolana en medio de la pandemia, son los responsables de que el Estado nacional no tenga la capacidad financiera de actuar en la adquisición de los insumos que hacen falta para atender a los pacientes de Covid19 o a los sospechosos de padecerlo.
Sin lugar a dudas, esta manada de forajidos son los responsables de la realidad caótica que padecemos en el país; son los que han tenido el poder para mejorar la calidad de vida de los venezolanos, y muy por el contrario la han empeorado, perjudicando al 99% de los ciudadanos de la nación.
Frente a todas estas responsabilidades, resulta insólito que algunos voceros de la oposicion venezolana pretendan negociar con estos bribones e incluso plantear la posibilidad de hacer una sociedad con ellos para compartir el gobierno.
La Venezuela decente lo que exige y necesita es que, con la ayuda de las democracias del mundo, desalojemos para siempre de la politica a esa pandilla de gánsteres, juzgar a sus cabecillas y hacer que paguen por todos los delitos cometidos en años de atropellos y opresión.
Somos nosotros, junto a nuestros aliados, que tenemos la obligación de llevar a esas mafias a los tribunales internacionales para que se defiendan, como establece el debido proceso, y respondan por todo el mal que han causado a Venezuela y a las naciones del hemisferio.
Así de simple, las mafias de maleantes son las culpables y muy pronto no serán más que una cruel historia de terror que nunca, nunca, nunca deberá repetirse ni aquí ni en ninguna otra parte del mundo.