El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, se veía sometido el miércoles a llamamientos para que se investigue la gestión de su Gobierno de la crisis del coronavirus, tras no haber sido capaz de dar una explicación satisfactoria sobre las cifras parciales proporcionadas sobre las muertes causadas por el patógeno en el país, la escasez de test o la falta de material médico para los hospitales.
El brote del nuevo coronavirus, la peor crisis sanitaria desde la pandemia de gripe de 1918, ha forzado a los Gobiernos de todo el mundo a lidiar con la creciente preocupación de sus ciudadanos, una economía mundial estancada y unos servicios sanitarios sobrepasados.
En un principio Johnson se abstuvo de imponer las rigurosas medidas de control aprobadas por otros líderes europeos, pero posteriormente puso al país bajo confinamiento cuando las proyecciones indicaban que un cuarto de millón de personas podrían morir en Reino Unido.
Sin embargo, desde que se impusieran las restricciones el Gobierno británico ha dado explicaciones contradictorias de por qué no se acogió a un programa de respiradores de la Unión Europea, habiendo admitido que ha habido problemas para proporcionar a los trabajadores sanitarios suficientes equipos de protección.
“Una vez que hayamos superado esta crisis, por supuesto que será necesaria una investigación independiente para analizar de forma oficial la respuesta del Gobierno a la pandemia”, dijo en un comunicado Ed Davey, líder en funciones de los Demócratas Liberales, uno de los partidos de la oposición.
“La investigación debe estar revestida de los mayores poderes posibles, dados los chocantes fallos en cuanto a los equipos de protección del personal y la lenta respuesta del Gobierno, a fin de llegar a la verdad y dar a Boris Johnson la oportunidad de responder a unas preguntas cada vez más serias”.
El líder del Partido Laborista de la oposición, Keir Starmer, también ha dicho que el Gobierno fue lento en responder y que en algún momento el Reino Unido tendrá que volver la vista atrás sobre la crisis.
La verdadera magnitud del número de muertos por COVID-19 en Reino Unido era más de un 40% superior a las cifras diarias proporcionadas por el Gobierno hasta el 10 de abril, según unos datos oficiales que ponen al país en camino de convertirse en uno de los más afectados de Europa.
Los últimos datos de muertes registradas en hospitales muestran que 17.337 personas han muerto tras dar positivo en todo el Reino Unido.
El Financial Times dijo que un análisis de los últimos datos de la oficina de estadísticas británica (ONS, por sus siglas en inglés) mostró que el brote habría causado hasta 41.000 muertes en Reino Unido.
El ministro de Sanidad, Matt Hancock, dijo a la prensa que la brecha del 40% entre los datos diarios y los datos más completos de la ONS “no es una representación exacta de las cifras”. Reuters