El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este miércoles con un rebote del 16,51 % hasta los 13,48 dólares el barril, tras cerrar la sesión del martes con un desplome del 43,47 %, mientras continúa abocado a bregar con la falta de espacio de almacenamiento provocado por un exceso de oferta sin precedentes a raíz de la baja demanda por el COVID-19.
A las 9.15 hora local de Nueva York (13.15 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en junio, el nuevo mes de referencia, el crudo sumaba 1,91 dólares con respecto a la sesión previa del martes.
Los precios del oro negro subían después de experimentar jornadas sin precedentes, llegando a cotizar incluso en negativo, por la falta de espacio para almacenar la producción de crudo después de que las medidas de confinamiento dictadas por los gobiernos para mantener a miles de millones de ciudadanos en sus hogares haya reducido la demanda de petróleo en un mercado ya tenso por la sobreproducción, especialmente de Arabia Saudí y Rusia durante su guerra de precios en marzo.
Los analistas alertan de que el problema de la escasez de almacenamiento de petróleo es muy real y que la reacción tardía es la razón principal para el pánico que se ha desatado en los mercados energéticos en los últimos días,
“Tras las reuniones de la OPEP y el G20, los tweets de entusiasmo y después de crear entusiasmo, los comerciantes han agotado también su ‘almacenamiento de esperanza’ y no tienen nada con lo que contar”, expresó la consultora energética Rystad Energy, que advirtió de la necesidad de retirar oferta del mercado cuanto antes.
Según las estimaciones de Rystad, la capacidad de almacenamiento mundial podría tocar techo en mayo, a pesar incluso de la puesta en marcha de los recortes anunciados por la OPEP.
“Es hora de dejar a un lado las leyes de la física y prepararse para más sorpresas en un mercado petrolero que está roto”, concluyó la consultora.
En lo que va de año, los precios del petróleo han caído más de un 70 % y los expertos señalan que el mundo “se está desbordando de petróleo” y la capacidad de almacenamiento se ha saturado en un contexto en el que los recortes de la OPEP y sus aliados, de 9,7 millones de barriles por día, no serán suficiente sin la ayuda de otros países productores.
En Estados Unidos la situación del almacenamiento es especialmente grave y se espera que las instalaciones en el principal punto de entrega del país, en Cushing (Oklahoma), se llenen en cuestión de semanas.
El pasado 17 de abril, la capacidad de los almacenes de Cushing estaba ya en un 77 %, según estimaciones de Goldman Sachs, que sugerían que llegarían al tope en la primera semana de mayo.
“Podríamos ver métodos inesperados de almacenamiento entrando en juego si no pueden almacenarlo en el sistema de tubería tradicional”, dijo el analista Richard Fullarton al Wall Street Journal, que agregó que es posible que se tenga que almacenar el crudo “en instalaciones similares a estanques en tierra”. EFE