Desde la Dirección Ejecutiva Estadal de Vente Bolívar rechazamos la violencia sin piedad ejercida contra los upatenses y ciudadanos de otras poblaciones de nuestro estado que han salido a las calles a protestar por hambre. Los disturbios van a crecer cada día porque el hambre es el principal contagio.
La mañana de este jueves, la noticia que estremeció a la entidad fue la protesta de los ciudadanos de Upata que reclamaban la necesidad de comida. El hambre, la violencia y la muerte es lo que impera en las calles de ese municipio, que es productor de alimentos por excelencia, pero hoy está bajo la sombra del mal llamado socialismo del siglo XXI.
El control social que ha impuesto este régimen a través de las cajas Clap y salarios pírricos encontró un límite en Upata, y ese límite se llama hambre, un fenómeno que no se detiene ni siquiera por la pandemia del Covid-19.
Sin comida y sin trabajo, ¿el régimen pretende que los ciudadanos mueran de hambre en sus casas? En Venezuela se acabó el miedo y el ataque a los upatentes por parte de la Guardia Nacional, de la Policía Nacional y los esbirros armados del régimen es un acto de cobardía.
El mensaje a los ciudadanos de Upata y de todo Bolívar es claro: el hambre también mata y no podemos callarnos. Medios de información reportan fallecidos y varios heridos en este municipio, pero las balas no calman el hambre.
Desde Vente Bolívar condenamos este abuso de poder que hoy enluta a varias familias y que mantiene alerta a todo un país en ebullición. El llamado es a organizarse para contarrestar el hambre sin dejar denunciar una situación que se repite en Araya, Sucre; Pueblo Llano, Falcón; Guanare, Portuguesa y toda Venezuela.
El virus es una probabilidad de muerte, pero el hambre es una certeza y no nos vamos a callar hasta derrotar la enfermedad, pero también al régimen que nos somete y pretende permanecer en el poder.
Nota de prensa