Un librero de Hong Kong de 64 años, detenido en China continental por haber vendido publicaciones críticas con el gobierno, abrió el sábado, pese a las presiones de Pekín, una nueva librería en Taiwán, donde se ha refugiado.
“Esta reapertura es significativa. Muestra que Taiwán es un lugar donde se disfruta de la libertad y la democracia y que tenemos aún el derecho de leer libros”, se felicitó Lam Wing-kee ante los periodistas, desde su librería en Taipei.
Hace un año Lam Wing-kee huyó a Taiwán para evitar ser entregado a Pekín, en un momento en que las autoridades de Hong Kong se planteaban autorizar la extradición de habitantes de este territorio semiautónomo hacia la China continental.
El anuncio de este plan, que fue finalmente abandonado por las autoridades, provocó meses de manifestaciones en las calles de Hong Kong.
Lam fue uno de los cinco libreros de Hong Kong “desaparecidos” a finales del 2015 tras haber vendido obras críticas con las autoridades chinas. Fueron encarcelados en China y tuvieron que hacer un “mea culpa” difundido por televisión.
Todos trabajaban para una editorial especializada en obras sobre la vida privada de los dirigentes chinos y sobre las intrigas en la cúspide del poder. Su desaparición fue condenada con fuerza por la comunidad internacional.
La nueva librería de Lam ha sido financiada gracias a una campaña en internet lanzada en septiembre de 2019 que recaudó en total 200.000 dólares (unos 100.000 euros). “Independencia de Taiwán”, “Hong Kong libre, revolución ahora”, se puede leer en banderolas que decoran su negocio.
Pero los primeros pasos de la nueva librería no están siendo fáciles. El pasado martes, un desconocido roció a Lam con pintura roja. Además, la policía abrió una investigación sobre las amenazas de muerte que recibe en la página en Facebook de una agencia gubernamental china.
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, cuyas relaciones con Pekín son pésimas, le envió sin embargo, un ramo de flores para celebrar la apertura del negocio.
Tras permanecer ocho meses encarcelado, Lam regresó a Hong Kong en 2016 con la condición de que debía volver a China continental y aportar un disco duro con el listado de sus clientes.
Pero en su lugar, el librero organizó una rueda de prensa nada más regresar a Hong Kong para hablar de sus condiciones de detención en China.
Finalmente Lam huyó a Taiwán, que no tiene acuerdo de extradición con Pekín. Pero, al haber violado las condiciones de su puesta en libertad, sobre él pesa una orden de captura en China.
Las relaciones entre Taiwán y Pekín son malas desde que Tsai llegó a la presidencia.
Taiwán, que tiene su propia moneda, bandera, ejército, diplomacia y gobierno, está de hecho separada políticamente de China desde hace 70 años. Pero solamente un puñado de países cada vez menor reconoce a la isla como país independiente.
China considera a Taiwán como una de sus provincias y ha jurado que volverá a controlar un día este territorio, incluso por la fuerza si fuera necesario. AFP