La situación del hambre y la emergencia humanitaria compleja en Venezuela, en el marco de la pandemia por Covid-19, arde ya en varios estados del país.
Lo sucesos registrados en Upata, estado Bolívar, se repiten en el estado Sucre como en muchos estados más. En el estado Lara hay un toque de queda y solo dejan salir a los ciudadanos de 8:00 am a 2:00 pm, solo por dar un ejemplo.
El régimen se prepara para un toque de queda más estricto y riguroso, piensa matar de hambre a los venezolanos dentro de sus casas, quienes ya son amenazados de muerte si salen.
Esto es un genocidio. Ya hemos reportado por más de 7 años el plan Genocida del régimen ante los organismos multilaterales.
Al principio recibimos duras críticas, hasta que en el Año 2018 el Secretario General de la OEA, reconoció este plan y lo visualizó, pero igual se ha hecho caso omiso por parte de los organismos internacionales y hasta por parte de algunos de los sectores opositores adentro y fuera de Venezuela.
El régimen quiere aislar a las regiones, aislar a Caracas y pretende restringir más las libertades.
Los Merideños reclaman que no pueden pasar al estado Trujillo, porque los paramilitares del régimen no dejan.
La verdadera razón de las protestas es el hambre. ?Cómo se puede sentir un pueblo que no tiene nada que comer?
Sin papas, plátanos o verduras que ya no llegan a las regiones por la falta de gasolina, los agricultores perdieron sus cosechas y lo poco que se hace, está cayendo en las mafias de los militares y colectivos que confiscan o compran a bajos precios, para vender en dólares lo poco que existe en las regiones.
La catástrofe y la hambruna avanzan en Venezuela a pasos agigantados. Es urgente que la comunidad internacional esté atenta de Venezuela y que se logre con suma urgencia un cambio de modelo y de gobierno en el país, para poner fin al genocidio continuado del régimen de Nicolás Maduro y sus aliados cubanos.