El apoyo sigue, pero cuando llegue el momento de la reconstrucción descubriremos que no será tan prodigo como creíamos en un principio. Si alguien albergó la esperanza de planes Marshal para reactivar la economía y nuestra industria petrolera, puede que vaya siendo hora de que sopese otras alternativas (Si las hubiere). La ayuda llegará, pero no como esperábamos… Ahora mucha gente en el mundo necesita de esa misma ayuda. Dicho sea de paso, el precio del crudo en este momento es poco menos que alarmante, y, definitivamente, si el cambio se diera hoy, nuestra capacidad de respuesta estaría seriamente mermada.
Desde luego, todo en la vida es transitorio, y eso también es aplicable a la economía (y al precio del petróleo), no en vano se dice que el mejor negocio del mundo es el petróleo, y el segundo mejor negocio del mundo es el petróleo mal administrado… Siempre será rentable reconstruir nuestra industria petrolera, pero tanto mejor será diversificar nuestra economía. Dado que todo es cíclico, la época de vacas flacas pasará, y llegará un periodo de abundancia que deberemos saber aprovechar, para que la próxima crisis nos agarre bien apertrechados y con las despensas llenas, en todos los sentidos imaginables.
Sí, hay futuro, y también hay muchísimas esperanzas… pero, en este momento la reconstrucción será difícil, con recursos limitados y muchísimo trabajo. Heredaremos un país en ruinas y recibiremos muy poca ayuda (En comparación a la que necesitamos). Debemos estar mentalmente preparados para eso.
En cualquier caso, y a riesgo de romantizar nuestra crítica situación, es posible que, de cierta forma sea mejor así: Tendremos que empezar desde cero. Sí, y podremos construir una nueva Venezuela, cimentada en valores éticos y morales, en la fuerza del trabajo, en la meritocracia, en la calidad humana, pero, sobre todo, en el aprendizaje que nos están dejando estos tiempos dolorosos y turbulentos. El buen oro se prueba en el fuego, y nosotros estamos pasando la prueba.
Tendremos la oportunidad de erigir un mundo nuevo, y lo haremos por el recuerdo de aquellos que se fueron, por el bienestar de los que están, y el futuro de quienes vendrán. Sí, es mejor que sea difícil, extenuante, titánico y casi imposible, porque así se quedará en nuestra memoria, y el recuerdo de este nuevo comienzo se mantendrá fresco, para que no se nos olvide todo lo que costó, para que mantengamos siempre presente el verdadero valor de la democracia y la prosperidad, para que esta historia no se repita nunca más.
Dios bendiga a Venezuela.
@VJimenezUres