En enero de 1969 Paul McCartney alquiló los estudios de Twickenham para empezar las sesiones que darían pie al disco póstumo de los Beatles«Let It Be». Los de Liverpool acababan de sacar un LP doble, «The Beatles» (el conocido álbum blanco), que les había forzado a un fuerte ritmo de trabajo y también a las primeras discusiones serias en el grupo.
Por: Julio Tovar // ABC
Seguían también el espíritu de la vuelta al rock en vivo, representado en aquel tiempo por el Festival de Monterrey e iniciativas como el programa «Rock and Roll Circus» de los Rolling Stones en 1967 y 1968 respectivamente. El cambio de la psicodelia de estudio, de la cual los Beatles habían sido pioneros con «Sgt. Pepper», a un estilo más desnudo fue representado por el seminal disco «Music from Big Pink» de The Band. Habría que esperar hasta este 8 de mayo, pero de hace 50 años, para que saliera a la luz.
McCartney impulsaba a los Beatles para que dejaran de regrabar una y otra vez para apostar por un sonido en vivo. Lennon, en principio, apoyó esta idea, ya que su nueva pareja Yoko Ono le hizo adentrarse en la escena de la música experimental. Lennon afirmó en retrospectiva: «A Paul se le ocurrió la idea de que primero ensayáramos, a lo Simon y Garfunkel, en busca de la perfección. Y, naturalmente, nosotros somos unos vagos de mierda que llevamos veinte años tocando, no te jode. No estábamos motivados». La memoria del guitarrista de la banda, George Harrison, coincide con el testimonio de Lennon y recuerda que «los estudios de Twickenham eran muy fríos y no una atmósfera agradable para trabajar, así que los abandonamos para ir a la sede Apple en Saville Row, donde instalamos un estudio».
George Harrison deja la banda
Harrison en esta atmósfera llegó a abandonar las sesiones el 10 de enero, luego de una discusión con McCartney respecto a la ausencia de guitarra principal en la canción «Two of Us». Luego de una semana ensayando con Yoko Ono como improvisado cuarto miembro, y con versiones de canciones como «A Quick One: While He’s Away» de los Who debido al recuerdo pesaroso de George, el grupo volvió a juntarse el 22 de enero en el edificio Apple de Saville Row. Lo que se encontraron allí fue un estudio realizado por el griego Alexis Mardas (conocido como «Magic Alex») totalmente inútil, por lo que debieron contactar con su productor George Martin para alquilar una mesa de mezclas conveniente.
Ante el mal ambiente, Harrison trajo al estadounidense Billy Preston, ya que afirmaba que era «interesante ver lo educada que es la gente cuando traes un invitado, porque no quieren que todo el mundo se entere del mal genio que tienen». En los estudios de Apple las canciones comenzaron a fluir y en torno a una improvisación McCartney compuso «Get Back» y pudo terminar «I’ve Got a Feeling» con un pequeño trozo de John Lennon. Muchas canciones del futuro «Abbey Road», que se lanzó antes que «Let It Be», fueron ensayadas en este periodo.
El concierto del tejado
Ante la mejora de las sesiones y el clima de trabajo, el colofón fue el improvisado concierto en el tejado de los cuatro de Liverpool. Ringo Starr recoge muy bien el espíritu de ese concierto al decir que «el plan era tocar en directo en alguna parte, y estábamos pensando en dónde hacerlo: -Oh, en el Palladium o el Sahara-. Pero teníamos que habérnoslo llevado todo y decidimos rápido: -Vamos a la azotea-». Allí tocaron «Get Back», «Don’t Let me Down», «Dig a Pony» y «One After 909».
Las sesiones, que finalizaron los días posteriores con la grabación de las recordadas canciones de piano de Paul «Let it Be» y «The Long and Winding Road», acabaron dando varios sencillos de éxito. Ahora bien, el disco hubo de esperar hasta mayo de 1970, ya que Paul McCartney y John Lennon se pelearon por el resultado final. Recuerda Macca: «Cuando hicimos Let It Be lo grabamos primero con Glyn Johns, que había hecho una mezcla muy desnuda, muy honesta, pero que me encantaba». Lennon consideró que casi dejó que saliera esa versión, que llegó a citar como «la peor mierda jamás grabada», para romper el «mito».
Al final las grabaciones acabaron en el productor de prestigio Phil Spector en 1970, que las «reprodujo» con unos arreglos contrarios al espíritu original del proyecto. Estos cambios, muy cargados (incluían una orquesta y coros), fueron claves para que McCartney dejara la banda en abril de ese mismo año 70. La venganza final de Paul fue relanzar el disco sin arreglos en 2003 bajo el título «Let it Be Naked». Fuera de estas polémicas, el disco dejó verdaderos clásicos del pop como «Let it Be» y también divertidas parodias del emergente rock de raíces como «Get Back». Como dijo McCartney al productor Glyn Johns en los últimos días de las sesiones: «Te lo dije. Somos como el buen vino, mejoramos con el tiempo».