En las últimas semanas, Michael Jordan y sus míticos Chicago Bulls de la década del 90 volvieron a ser protagonistas del deporte mundial. Con el parón de la mayoría de las disciplinas producto del avance de la pandemia de coronavirus, que suspendió las principales ligas y disciplinas en todo el mundo, el documental The Last Dance que se estrenó hace un mes ya generó todo tipo de historias y comentarios.
Aprovechando que todavía la liga italiana no reanudó su competencia, Zlatan Ibrahimovic se transformó en un televidente más de la serie que ya se transformó en un éxito de audiencia y que quedará en la historia como una de las tramas deportivas mejor contadas de la época.
El ex capitán de la selección de fútbol de Suecia, que viajó en las últimas horas desde Estocolmo a Milán para incorporarse a los entrenamientos de su equipo, utilizó su cuenta de Instagram para destacar la controvertida capacidad de liderazgo de Jordan, uno de los focos polémicos que difundieron los últimos episodios que se estrenaron esta semana en los Estados Unidos y el resto del mundo.
“Es bueno ver The Last Dance. Ahora ves cómo es jugar con un ganador. Te guste o no. Si no, entonces no juegues el juego”, escribió Ibrahimovic en sus redes sociales.
Ya en la parte final del documental, la serie marca la cruda manera en la que Jordan trataba a sus compañeros de equipo con el objetivo de que estos comprendieran el significado de ser un ganador y entender todo lo que se necesita hacer para llegar a serlo.
“Mira, ganar tiene un precio. Y el liderazgo tiene un precio. Así que arrastré a las personas cuando no querían ser arrastradas. Desafié a las personas cuando no querían que las desafiaran. Y gané ese derecho porque mis compañeros de equipo que vinieron después de mí no soportaron todas las cosas que soporté. Una vez que te unías al equipo, convivías con un cierto estándar con el que yo jugaba. Ahora, si eso significa que tuve que ir y patearte un poco el culo, entonces lo hice. Le preguntas a todos mis compañeros de equipo. Lo único sobre Michael Jordan fue que nunca me pidió que hiciera algo que no había hecho”, relata Jordan sobre cómo su pasión por el deporte y por ser un ganador empujó al resto a intentar que se le parecieran.
Con la voz quebrada, MJ recalcó el valor que tuvo para el ser un ganador, pero al mismo tiempo, tener la posibilidad de transmitirles el mensaje a sus compañeros para que ellos también fueran triunfador. “Cuando la gente vea esto, van a decir: ‘Bueno, él no era realmente un buen tipo. Puede que sea un tirano’. Bueno, allá ellos. Porque nunca ganaron nada. Quería ganar, pero quería que otros ganaran para ser parte de eso también. Mira, no tengo que hacer esto. Solo lo estoy haciendo porque es quien soy. Así es como jugué. Esa era mi mentalidad. Si no quieres jugar de esa manera, no juegues de esa manera…”, concluyó Jordan con lágrimas en sus ojos.