Jornada histórica para el fútbol: la Bundesliga alemana se convierte este sábado, sin público en la grada y con un estricto protocolo sanitario, en la primera gran liga europea en reanudarse tras el parón provocado por el nuevo coronavirus, que detuvo el deporte mundial a mediados de marzo.
El éxito o fracaso de su intento de retomar y terminar la competición puede ser determinante para los planes de otros países.
Si consigue disputar las nueve jornadas que le quedan para el final, Alemania habrá demostrado al mundo que el deporte profesional de primera línea puede sobrevivir a la COVID-19, pero una nueva interrupción antes del final lanzaría un mensaje muy negativo.
Las 15h30 locales (13h30 GMT) es la hora fijada para que el balón vuelva a rodar en los estadios alemanes, dando arranque a la 26ª jornada.
Ese pistoletazo de salida se dará con un primer turno de cinco partidos, en cinco estadios inusualmente silenciosos por la falta de espectadores en la grada. El duelo estelar del día de esa primera tanda será el ‘derbi del Ruhr’ entre Borussia Dortmund y Schalke 04.
Jugar a puerta cerrada es una de las medidas incluidas en el protocolo sanitario que ha permitido que el gobierno alemán autorice la disputa del campeonato. La policía de Dortmund hizo un llamado este sábado volviendo a instar a los hinchas a que se queden en sus casas.
Los jugadores y miembros del cuerpo técnico se someten a test regulares y han tenido que estar concentrados y aislados toda esta semana.
Dos entrenadores de clubes de la primera división alemana no podrán vivir en el banquillo este fin de semana de regreso de la Bundesliga por haber violado esa cuarentena.
Se trata de Heiko Herrlich (Augsburgo), que salió del hotel para comprar pasta de dientes y una crema dermatológica, y Urs Fischer (Unión Berlín), que abandonó voluntariamente la concentración por el fallecimiento de un familiar.
Al silencio de la grada se suman otras circunstancias que harán que el regreso del fútbol alemán sea, cuando menos, extraño. Los jugadores están invitados a evitar las celebraciones efusivas en los goles, mientras que los entrenadores y suplentes tendrán que llevar mascarillas en el banquillo.
En el protocolo previo al partido se suprime la presencia de niños, la foto de grupo y no se permite que los jugadores y árbitros se saluden estrechando la mano.
– “El mundo entero nos mira” –
El viernes, las páginas deportivas de la prensa alemana, y también la de todo el mundo, dedicaban una atención especial a esta reanudación del ‘Fussball’.
“Por fin regresa”, celebraba en su página web el diario Bild, mientras que la revista especializada Kicker elegía “Un inicio con interrogantes” como su titular de portada.
“Puedo garantizaros que en 20 años no he sentido este interés (del público) por la Bundesliga”, afirmaba esta semana a la AFP Adolfo Barbero, comentarista en la televisión española Movistar+.
“El mundo entero nos mira”, constató el viernes el entrenador del Bayern de Múnich, Hansi Flick. “Puede ser una señal para todas las demás ligas y puede permitir al deporte regresar en todas partes”, apuntó.
Especialmente atentos a lo que ocurra en la Bundesliga estarán España, Inglaterra e Italia, las tres principales ligas que desean poder retomar sus campeonatos, aunque todavía necesitan la autorización de sus gobiernos. Otros, como Francia, Holanda o Bélgica, ya han renunciado a reanudar sus ligas de manera definitiva.
El regreso del fútbol “es una buena señal”, destacó este sábado el presidente de la UEFA Aleksander Ceferin. “No sólo es fútbol. La gente está deprimida por el confinamiento y la incerteza. El fútbol trae una cierta normalidad y energía positiva. Hace más fácil quedafse en casa cuando puedes ver deporte” por televisión, declaró al canal BeIn Sport.
Pero en Alemania, una mayoría de la opinión pública no es favorable a esta reanudación del campeonato: un 56% de las personas preguntadas al respecto en un sondeo esta semana se mostraba en contra.
“Tenemos una responsabilidad gigantesca”, reconoció el viernes el presidente del Borussia Dortmund, Hans-Joachim Watzke.
Su equipo, segundo en la clasificación a cuatro puntos del líder Bayern, recibe este sábado al Schalke 04 en un derbi que levanta pasiones y que los hinchas no podrán vivir en la grada, por primera vez en la historia.
El Bayern, por su parte, jugará el domingo en el terreno del Unión Berlín.
El objetivo para los responsables del fútbol alemán es acabar el campeonato el 27 de junio, aunque una prolongación en julio no está descartada si el coronavirus vuelve a alterar los planes previstos.
AFP