El régimen militarista acentúa el Ambiente Político Real Violento para terminar de acorralar y azotar al 87% de demócratas en quienes crece la angustia, el miedo y casi la desesperación, como consecuencia de una sistemática guerra psicológica más un confinamiento obligatorio, junto al crecimiento exponencial de una miseria y calamidad político social de un régimen fracasado e incapaz para cumplir con las demandas previstas y pospuestas del cuerpo social. Persecución política, militar y policial, corrupción extrema son las prioridades del régimen militarista, cercado internacionalmente y quebrado económicamente, tanto así que es incapaz de proveer flujo eléctrico, agua, gasolina, alimentos o trabajo a la sociedad venezolana, como consecuencia se viene una hambruna y su desembocadura en una Explosión Social.
El régimen acobardado huye hacia delante y, de absurdo en absurdo, boquea, aúpa la guerra, incrementa los niveles de violencia, persigue y desaparece al ciudadano. Es decir, no hay gobierno y mucho menos política, lo que si hay es tiranía. Tiranía para la violencia, para la persecución armada, policial y la prisión arbitraria. No hay política, que es la que garantiza la estabilidad y orden razonable, la tiranía arbitraria persigue y arrincona durante 24 horas al día en todo el territorio nacional para, mediante una operación de guerra psicológica, perturbar emocionalmente a las masas y a los dirigentes de una sociedad que se niega a tolerar el bestiario cobarde y manipulador que no gobierna, pero daña y atemoriza empleando la polemología de manera criminal.
El régimen maximiza la arbitrariedad, maltrata y jura que logra de esta manera gobernar. Por violentos y torpe,s han subestimado a la masa democrática, que reacciona abrazada a la política. Son incapaces de entender que la sociedad democrática se reúne y orienta su gen democrático para activar la ciudadanía. Ciudadanía que junto a sus pro-hombres y dándose la mano con la política, que significa conciliar intereses, reunir dirigentes para activar su sociedad civil y abrazada a la Constitución podrá responder a la violencia y al peligro armado. De esta manera quedara claro que es posible que exista democracia, que hay política y que habrá cambio político.
CAMBIO POLÍTICO impulsado por esta sociedad azotada y violada, llena de hambre, pero a la cual le sobra coraje y moral ciudadana para construir poder, crecer en autoridad frente al militarismo socialista armado, pero despreciado por cobarde. Militarismo que no podrá oponerse al cambio político por cuanto actuara una sociedad civil con autoridad, dispuesta a impedir el dominio-sumisión de esta barbarie socialista. Todo que lo que tiene la ciudadanía y sus prohombres tienen claro que la regresión que intentara el marxismo cubanismo es más que inmoral y cobarde, es atentatoria al gentilicio del venezolano. La ciudadanía accionará por la desobediencia civil como método de lucha pacífica colectiva, y eso lo hará desde el callejón, el edificio, la calle, la parroquia, de noche y de día hasta alcanzar la Libertad.
La ciudadanía y sus prohombres serán los gestores del cambio político y demostrarán que ni siquiera la operación de guerra psicológica a una sociedad azotada y maltratada puede impedírsele ser democrática. La ciudadanía y su gen democrático, más la política derrotarán a la barbarie. La ciudadanía como un solo y gran vector con decisión progresiva, política consciente colectiva de su deber y cultura política sellara un hito histórico contra el militarismo absurdo, obsecuente y el atraso ideológico de una errática creencia de que “el Ejercito como Agente de Cambio Social”. tesis fraudulenta y atrasada.
La política y los prohombres derrotaran a este régimen, que está boqueando y se mantiene solo con fintas, maniobras, mentiras, confusión y cobardía. El gen democrático, la política como energía-fuerza conducirán a la República a la libertad. No habrá comunismo ladrón como gobierno, la ciudadanía, los prohombres y la política harán posible que Venezuela 2020 accione como sociedad civilizada y privilegie con el esfuerzo individual y conjunto la instauración de la democracia, la decencia de la ley y el desarrollo social, sociológico e histórico de la nueva República.
Es autentico,
Dr. José Machillanda
Director CSB-CEPPRO
@JMachillandaP
Caracas, 19 de mayo de 2020