Estados Unidos alcanzó este viernes la cifra de 1.600.481 casos confirmados de COVID-19 y la de 95.886 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del sábado) es de 25.417 contagios más que el jueves y de 1.225 nuevas muertes.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos con 358.154 casos confirmados y 28.853 fallecidos, una cifra parecida a la de España y solo por debajo del Reino Unido e Italia.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 21.086 personas.
A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 152.579 casos confirmados y 10.985 fallecidos, el estado de Illinois, con 105.444 contagios y 4.715 decesos, y Massachusetts, que ha reportado 90.889 positivos por coronavirus y 6.228 muertos.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Michigan (5.158), Pensilvania (5.010), California (3.660) y Connecticut, con 3.637.
El balance provisional de fallecidos -95.886- se aproxima a las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes; pero ha superado ya con creces los cálculos más optimistas que hizo “a posteriori” el presidente Donald Trump de entre 50.000 y 60.000 fallecidos.
Desde entonces, sin embargo, Trump ha aumentado su pronóstico en varias ocasiones hasta reconocer en su cálculo más reciente que la cifra final probablemente estará entre 100.000 y 110.000 muertos.
El Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para comienzos de agosto la crisis habrá dejado más de 143.000 muertes en Estados Unidos.
EFE