El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dio a conocer esta semana el documento “Del confinamiento a la reapertura”, el cual fue elaborado por un grupo de expertos en materia social y económica con el único fin de plantear directrices o consideraciones para los gobernantes de los países de América Latina y el Caribe de cómo pueden realizar una transición ordenada a la reapertura una vez sea la hora de abandonar el confinamiento.
Por Lenny Castro / voanoticias.com
De acuerdo con el instrumento, “La salida del encierro debido al coronavirus será la decisión política más importante” para los gobiernos de la región y la cual está cada vez más cerca. “Estas decisiones no solo implicarán el momento de aliviar las restricciones impuestas, sino también la modalidad que tomará esta relajación”, explica.
¿Por qué?
Según el BID, las medidas implementadas para controlar la pandemia impusieron un costo sustancial a las sociedades latinoamericanas. En sus estimaciones para la región afirma “que se podrían perder hasta 17 millones de empleos formales y destruir el modo de subsistencia de otros tantos millones más de trabajadores en el sector informal”.
Carmen Pagés, jefa de la División de Mercados Laborales del banco y quien lideró el equipo de trabajo añade que “en la actual coyuntura, las restricciones fiscales que enfrentan muchos países han dificultado que sus gobiernos se comprometan, de forma decidida, a mantener el empleo a través de subsidios o préstamos para las empresas, o a compensar a los que pierden sus ingresos o no los tienen porque no pueden ir al trabajo. La inversión en cuanto al Producto Interno Bruto (PIB) que suponen este tipo de medidas es extraordinaria. Los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han anunciado que van a destinar más de un 16% del PIB, en promedio, entre subsidios y garantías”.
Pangés también ha realizado un artículo para Factor Trabajo -blog de la División de Mercados Laborales del BID- donde resalta ciertos criterios del estudio y que los gobiernos no pueden pasar por alto, como el hecho que Latinoamérica posee una población más joven pero más desprotegida, menor margen para la inversión y una salud más precaria.
“El balance entre vidas y modos de vida es un poco diferente en América Latina y el Caribe que en los países más desarrollados”, cita.
En conclusión, el estudio de 79 páginas hace un escrutinio de una sucesión de propuestas de apertura oficiales por parte de laboratorios de ideas (think tanks) y otras instituciones.
Además, da la oportunidad a los tomadores de decisiones de conocer las experiencias exitosas o no de otros países que ya están en su proceso de reapertura.