Cuatro policías de Minneapolis fueron despedidos este martes tras la muerte de un afroamericano a raíz de una detención violenta, un hecho que provocó indignación en esa ciudad del norte de Estados Unidos.
La familia de George Floyd denunció un uso “excesivo e inhumano” de la fuerza y acusó a la policía de racismo.
“Los cuatro agentes de la policía de Minneapolis implicados en la muerte de George Floyd han sido despedidos”, tuiteó el alcalde de la ciudad, Jacob Frey, que calificó de “buena decisión” el cese.
“Ser negro en Estados Unidos no debería ser una condena a muerte”, declaró Frey poco antes, durante una rueda de prensa en la que afirmó que era normal que la gente estuviera enfadada.
Ciudadanos de Minneapolis depositaron flores este martes en el lugar del arresto. Algunos llevaron consigo pancartas en las que se podía leer “dejen de matar a negros”.
Una transeúnte filmó la detención el lunes por la noche durante 10 minutos y la emitió en directo por Facebook Live. En las imágenes, un policía blanco mantiene al cuadragenario George Floyd boca abajo contra el suelo, apretándole el cuello con una rodilla.
El detenido se queja durante minutos de no poder respirar y de sentir dolor, mientras el agente le pide que mantenga la calma. Un segundo policía se preocupa de que no se acerquen los viandantes, que empiezan a increparlos cuando observan que Floyd ya no se mueve y parece inconsciente.
“Ya no respira, ya no se mueve, tome su pulso”, repite un testigo mientras los policías esperan a una ambulancia que tarda varios minutos en llegar.
Floyd fue transportado a un hospital, donde falleció poco después.
Un portavoz de la policía afirmó el lunes que el hombre, que parecía ebrio o drogado, se había resistido a ser arresto por los agentes por un delito de falsificación.
Tras haberlo esposado, el agente “se dio cuenta de que el sospechoso sufría un problema médico” y llamó a la ambulancia, dijo el portavoz.
El caso recuerda el de Eric Garner, un afroamericano que murió asfixiado durante su arresto por policías blancos en Nueva York en 2014. Aquel caso contribuyó al nacimiento del movimiento Black Lives Matter (La vida de los negros importa) y desató una ola de protestas en Estados Unidos.
A raíz de ese caso, las policías de Nueva York y Los Ángeles prohibieron controvertidos métodos de inmovilización de sospechosos, como el que consiste en mantener al detenido de bruces contra el suelo.
– “Un insulto” –
El abogado de la familia de Floyd, Benjamin Crump, denunció un uso “abusivo, excesivo e inhumano de la fuerza” por un delito “no violento”.
Crump es también el abogado de la familia de Ahmaud Arbery, un negro asesinado por dos blancos en febrero en el estado de Georgia, en un caso que causó mucho revuelo tras la difusión de un vídeo de los hechos.
El jefe de la policía local indicó que el FBI iba a abrir una investigación sobre lo ocurrido.
La asociación pro derechos civiles ACLU denunció la violencia policial “injustificada” contra los negros. “El público ha visto el vídeo, llamar eso ‘un incidente médico’ es un insulto”, añadió.
AFP