Para tener un servicio de agua continuo y confiable, nuestro estado necesita un caudal de 2.500 litros por segundo. Debido al desastre gerencial y operacional de Hidrocaribe solo se están recibiendo 1.300 litros por segundo, es decir, apenas la mitad de lo necesario y de ahí, e colapso de la distribución, afirmó el gobernador de Nueva Esparta Alfredo Díaz.
Fugas de gran magnitud que no han sido reparadas, pusieron fuera de operaciones el ramal Este de la tubería submarina del sistema Turimiquire y, como si fuera poco, una conexión técnicamente incorrecta del acueducto de Marigüitar, a la aducción de agua potable que viene hacia la isla de Margarita, redujo dramáticamente la presión y el caudal. Esas son las causas fundamentales de la severa escasez de agua que nos agobia.
Ante esta situación, la presentación que se hizo de los cincos supercisternas, que en realidad solo pueden transportar unos treinta mil litros, es un mendrugo que no alcanza ni como pañito de agua tibia. Imagínense en el estado hay aproximadamente 80 camiones cisternas y todos vemos lo que sufrimos.
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Estos cinco supercisternas, al igual que los cinco supertanqueros que llegaron de Irán, no resuelven ni la crisis del agua, ni la escasez de gasolina porque no eliminan el problema de raíz pues no atiende a las causas, sino a las consecuencias. Esas medidas efectistas, solo sirven para que unos enchufados sigan guisando y enriqueciéndose sin importarles el sufrimiento de la gente.
La solución es invertir en un nuevo acueducto (23kms) submarino y articular una eficiente administración del agua que convoque a especialistas y personal especializado. Aunque esta es una competencia del gobierno nacional, aspiramos que bajo el principio constitucional de corresponsabilidad convoque a los gobiernos regionales y municipales para mancomunar esfuerzos y garantizar una solución efectiva y duradera a este grave problema.