¿Favores recibidos?, por @ArmandoMartini

¿Favores recibidos?, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

 

No fue como con los castro-cubanos, que cobran, exigen y esperan regalos revolucionarios, aunque cueste sangre, exilio, sudor, tortura, lágrimas y hambre a los venezolanos. Los iraníes, no son ateos sino mahometanos shiítas, creen en Alá, su profeta Mahoma, convencidos del paraíso que les espera tras la muerte a quienes hayan dado su vida por Alá en el combate de la yihad, guerra santa. Desde el siglo X hasta nuestros días, la doctrina tradicional de gran parte de los eruditos musulmanes señala que Dios bendecirá a los mártires de la yihad con siete señales o recompensas. Una de ellas, concesión a los varones de 72 mujeres vírgenes (huríes). Las mujeres, en cambio, recibirán en el paraíso un solo hombre con el que estarán satisfechas. ¿Injusto? ¿discriminatorio? Pero en el mundo moderno, pragmático, se cobra por adelantado. ¡No se realizan favores! Y, haciendo caso omiso de amenazas, declaraciones intimidantes, flota desplegada y sanciones, despacharon buques cargados de gasolina tan desesperadamente ansiada por el castro-madurismo.

No se conocen detalles, los voceros del oficialismo proporcionan versiones diferentes, -quizás sólo sea la perversa, subversiva y distorsionadora chismografía habitual- sobre para quién fue comprada la gasolina musulmana. Aunque comienza a revelarse la incógnita; escuálidos y contrarios al régimen usurpador lo harán a precio internacional; carnetizados de Patria y PSUV, serán subsidiados, en una demostración de vergonzoso socialismo populista.

Parece no todo es gasolina, se supone piezas de repuesto, componentes y productos similares que no puede elaborar después de abatida PDVSA, dejando en el esterero al otrora espectacular y avanzado Complejo Refinador de Paraguaná, que llegó a procesar casi un millón de barriles diarios de petróleo y derivados, en aquellos tiempos cuando el imperialismo mundial tenía bajo control a ingenieros, técnicos y ejecutivos altamente especializados, obligándolos a enviarles petróleo, sin beneficios para éste o ningún pueblo del mundo, a enriquecer sólo a los dueños del negocio.

Para engañarlos, la revolución chavista estuvo comprando gasolina al imperio yankee, del cual dejaba poco por estos lares y el resto lo enviaba de obsequio, en las narices de la Casa Blanca, al castrismo cubano. Pero el imperialismo, torpe y enceguecido por el odio, impuso sanciones a troche y moche, se adueñaron de Citgo, puñal venezolano clavado en el vientre imperialista, quedándonos con coronavirus, ruina, sin gasolina ni surtidores de dólares.

Con ese característico tono irónico el encumbrado jefe chavista, como chiste propio, ¡ésa es gasolina comunista, iraní, antiimperialista, no será aceptada por vehículos escuálidos!, aunque no aclara si las costosas camionetas blindadas de último modelo pertenecientes a camaradas civiles y militares pueden ser considerados como tales, o sólo unos cuantos vejestorios otrora de prominente lujo.

Ministra de ceño fruncido, mal humorada advierte que escuálidos opositores no podrán llenar sus tanques de combustible persa porque es para el pueblo, y quienes se atrevan, serán identificados, fotografiados y denunciados. ¿Apartheid bolivariano del siglo XXI?
La revolución castro-chavista agradece la venta -a precio de oro- de gasolina que ¿aliviaría? colas, esperas y molestias interminables ante las escasas estaciones de servicio, en manos militares y policiales, que todavía despachan unas pocas gotas, -aparte de la fila para tenedores de divisas, lenta pero segura.

Han colgado la bandera iraní en pleno Centro Simón Bolívar para testimoniar la solidaridad pre-pagada de Teherán. Se enarbola oronda con el viento caraqueño, igual a la cubana, para que todos sepamos, sin género de dudas, quiénes son los amigos. Porque los enemigos, revolotean por el Mar Caribe en búsqueda de algún narco despistado, pero siempre cautos y precavidos de los temibles peñeros, guardacostas inhundibles de pescadores y marinos de la revolución.

@ArmandoMartini

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