El anuncio de cobro de la gasolina y los dos precios de venta son parte de un guión de Maduro y Cuba que entre otros objetivos apunta a la realización de unas elecciones parlamentarias adelantadas sin reconocimiento ni legalidad. Los bonos del gobierno se convirtieron en sal y agua, no representan nada para paliar la descomunal crisis que padecen los venezolanos, con ese paisaje azotado por el vendaval de errores que han cometido y que nos mantiene en caída libre hacia el desastre y la ruina, reflotar el carné de la patria es indispensable para Maduro, al menos por un tiempo, porque en el horizonte cercano por ley se deben realizar unas elecciones parlamentarias, que debe convocar un nuevo CNE designado por la Asamblea Nacional legitima.
El menguado uso de ese mecanismo clientelar y discriminatorio es incapaz de florecer con los esmirriados bonos devaluados en bolívares, se reflota con la jugada del cobro de la gasolina en dólares y la subvención para una parte de la población y el transporte.
El desmantelamiento de la industria petrolera y la canibalización de las refinerías llevó a cero el refinamiento y la producción de gasolina, en un primer momento la importación de aditivos de los Estados Unidos permitió una producción mínima hasta que las sanciones sinceraron la situación real de un país con petroleo pero incapaz de producir gasolina, cuando en el pasado no sólo la producía sino que la exportaba. El confinamiento que seguro van a extender sin ofrecer razonamientos y cifras creíbles mostró la cara de la escasez de combustible en Caracas y los estados centrales, porque en el Zulia, Tachira y el resto del país el racionamiento y el matraqueo es pan de cada día desde hace mucho tiempo.
Con algunos venezolanos desesperados pagando dos y tres dólares por litro y la gente haciendo cola de hasta una semana, Maduro y sus asesores vieron que era el momento de oro para desarrollar la estrategia tantas veces soñada por todos los gobiernos anteriores, incluido el de Chávez, cobrar la gasolina a precio internacional sin anestesia y crear la mayor operación de bachaqueo del mundo con un subsidio convertible a dólares a quienes posean el carné de la patria o hayan registrados sus vehículos en el sistema patria.
No hay duda que entre tener gasolina en el tanque o venderla en dólares para completar el mercado, muchos venezolanos se decidiran por necesidad a bachaquearla, es una estrategia perversa porque reduce al que por necesidad o simpatía porta el malnacido carné a nivel de traficante, participe de una operación de corrupción masiva como nunca se ha visto.
La intención de Maduro es adelantar las elecciones parlamentarias posiblemente para septiembre o a más tardar para octubre, por eso el subsidio 100% a los transportistas por tres meses en principio, contando que se logre distribuir gasolina en el país, lo cual representa el factor x en esta ecuación.
La gasolina de Irán no dura mucho más de un mes, en ese tiempo el CNE de Maduro debe hacer el anuncio convocando los comicios, el gobierno espera que el subsidio traficante le de un poco de respaldo en un país desesperado y empobrecido, en donde las remesas mermadas por la caída del empleo en el mundo no llegan como antes de la pandemia. Todo depende de contar con suficiente gasolina para crear un mercado negro que sustituya los bonos y le permita contar con tiempo para montar unas elecciones sin Asamblea Nacional legitima, sin diputados, sin partidos de verdad y sobretodo sin Juan Gerardo Guaidó.