El fiscal que investiga la muerte de George Floyd endureció este miércoles los cargos contra el policía que lo asfixió y procesó también a los otros tres agentes presentes durante este incidente que desató una ola de protestas en Estados Unidos.
Era una de las demandas de las multitudinarias manifestaciones contra el racismo y la brutalidad policial, que se mantienen con fuerza en varias ciudades para exigir cambios más profundos, en medio de los llamados del presidente Donald Trump para aplicar mano dura a cualquier foco de violencia.
Floyd, un hombre negro de 46 años, murió asfixiado durante una detención policial, en la que el oficial Derek Chauvin le presionó con su rodilla el cuello durante nueve minutos.
Chauvin, que la semana pasada fue acusado de homicidio involuntario, será procesado además por homicidio sin premeditación, un cargo que se sumó a los existentes y que conlleva penas más severas.
Además el fiscal imputará a los otros tres policías que estaban en el lugar –Tou Thao (34), J. Alexander Kueng (26) y Thomas Lane (37), ya detenidos– por ayudar e instigar homicidio.
La familia de Floyd, que había pedido penas más duras y que se responsabilizara a todos los policías presentes en el momento de su muerte, celebró la decisión.
“Este es un paso importante hacia la justicia”, indicaron en un comunicado en el que instaron a los estadounidenses a seguir “levantando sus voces para el cambio de manera pacífica”.
Las manifestaciones continuaron en varias ciudades, de Nueva York a Los Ángeles, de Chicago a Seattle.
“Es un buen comienzo”, dijo Brian Clark en una protesta en Manhattan sobre los cargos anunciados, pero añadió que seguirá ejerciendo su “derecho a protestar hasta que cada persona negra obtenga justicia”.
Elijah B., que le acompañaba, consideró que “no es suficiente”. “Esto podía haber sucedido hace una semana, no fue hasta que la gente comenzó a marchar y a destruir cosas que comenzaron a prestar atención”.
– “Dividir” el país –
Trump ha amenazado con invocar una ley que le permitiría sacar a las fuerzas militares a las calles para sofocar manifestaciones violentas, en un llamado a la “ley y orden” que hace a cinco meses de las elecciones en las que buscará su reelección y cuando aún enfrenta la pandemia del nuevo coronavirus.
Su secretario de Defensa, Mark Esper, marcó distancia y dijo que esa opción militar debía ser utilizada como “un último recurso y solo en las situaciones más urgentes y graves”.
Y su antecesor, Jim Mattis, acusó al mandatario de “dividir” el país.
“Trump ha sido el primer presidente que no trata de unir a los estadounidenses, que ni siquiera pretende intentarlo”, lamentó el general retirado en un comunicado en el sitio The Atlantic.
El mandatario le salió al paso rápidamente con un tuit en el que lo llamó “el general más sobrevalorado del mundo”.
“Probablemente lo único que Barack Obama y yo tenemos en común es que ambos tuvimos el honor de despedir a Jim Mattis”, escribió.
La Guardia Nacional, que responde a los gobernadores, ha estado muy involucrada en el control de los disturbios en varias ciudades.
Trump dijo que es “falsa” la versión de medios de prensa de que fue llevado a un búnker de la Casa Blanca mientras se realizaba una protesta cerca de la residencia presidencial, una noticia que provocó una ola de burlas que se cree contribuyó a su decisión de visitar una iglesia cercana que fue parcialmente dañada en las manifestaciones.
Para despejar su paso hasta el templo, donde se tomó una muy criticada foto sosteniendo una biblia, la policía dispersó violentamente una manifestación pacífica convocada en el lugar.
– “Racismo sistémico” –
En Nueva York la policía arrestó a varios manifestantes que violaron el toque de queda, una restricción que fue levantada en Seattle.
“Queremos que sigas haciendo oír tu voz”, tuiteó la alcaldesa de Seattle, Jenny Durkan. .
Grandes manifestaciones se reportaron en la capital Washington DC y en Los Ángeles, donde el alcalde Eric Garcetti prometió levantar el toque de queda el jueves y redirigir 250 millones de dólares del presupuesto, incluido el de la policía, hacia programas de salud y educación de la comunidad negra.
El gobernador de Minnesota, Tim Walz, dijo tras el endurecimiento de los cargos y las nuevas detenciones, que había que “volver a la cuestión que nos ocupa… el racismo sistémico y la falta de responsabilidad” que condujo a la muerte de Floyd.
“Esta es probablemente nuestra última oportunidad, como estado y como nación, de arreglar este problema”, indicó.
El expresidente Barack Obama aplaudió por su parte el “cambio de mentalidad” que ve entre los estadounidenses, mientras que el también exmandatario Jimmy Carter hizo un llamado a “la gente con poder, privilegios y conciencia moral” para poner fin a la discriminación racial.
“Somos mejores que esto”, dijo Carter, de 95 años. AFP