Las dudas sobre la estrategia que ha seguido el Gobierno del primer ministro británico, Boris Johnson, para hacer frente a la pandemia de coronavirus han aumentado al superarse hoy los 40.000 muertos confirmados por COVID-19 en el Reino Unido, el país más castigado de Europa por el virus.
La cifra es ya el doble de los 20.000 fallecidos que el consejero científico del Ejecutivo, Patrick Vallance, consideraba a mediados de marzo que sería “un buen resultado” de la gestión de la crisis.
Presionado para reactivar la economía cuanto antes, Johnson ha ordenado esta semana abrir las escuelas primarias en Inglaterra y prevé que los comercios no esenciales suban las persianas dentro de diez días, a pesar de las advertencias de numerosos expertos, algunos asesores del Gobierno, que ven prematura esa desescalada.
Su hoja de ruta sufrió hoy un nuevo revés al conocerse que el ratio de transmisión medio de la enfermedad es superior en Inglaterra que en el resto de las regiones británicas -Escocia, Gales e Irlanda del Norte-, que se han desmarcado de la hoja de ruta del Ejecutivo central.
El ratio de transmisión (R) en Londres es de 0,95, mientras que el Gobierno admite la posibilidad de que en algunas zonas del norte y el sur de Inglaterra supere la unidad, el umbral a partir del cual la expansión del virus vuelve a crecer exponencialmente.
En particular, un estudio elaborado por la Universidad de Cambridge y el servicio público de Salud inglés sugiere que el ratio de transmisión puede estar por encima de uno en Liverpool y Manchester, lo que significa que cada infectado puede contagiar de media en esos lugares a más de un individuo.
El ministro de Salud, Matt Hancock, afirmó en una rueda de prensa que el Gobierno está dispuesto a estudiar “confinamietnos locales” si se detectan brotes en determinadas zonas.
1.650 CONTAGIOS EN 24 HORAS
El Ministerio de Salud informó este viernes de 1.650 nuevos casos confirmados de coronavirus en 24 horas, si bien un estudio epidemiológico de la Oficina Nacional de Estadísticas británica (ONS) divulgado hoy señala que la cifra real de infecciones diarias en Inglaterra puede estar en 5.600, por debajo de las 8.000 que estimaba la semana pasada.
En la última jornada se han registrado 357 nuevas muertes por coronavirus, hasta un total de 40.261, tras haber procesado o distribuido 207.231 pruebas diagnósticas en un día.
Con todo, la ONS detalla que el número total de personas que en un momento dado tienen la enfermedad se ha reducido a la mitad durante las últimas dos semanas de mayo.
PREOCUPACIÓN ENTRE LOS CIENTÍFICOS
Un centenar de científicos han publicado una carta abierta dirigida al Gobierno en la que expresan su preocupación por una desescalada de las medidas contra el virus demasiado acelerada.
“Todavía estamos en una situación en la que existe una transmisión sustancial en la comunidad”, señala la misiva, publicada por el diario “The Telegraph”.
“Existe una alta probabilidad de que relajar el confinamiento, junto con una posible falta de confianza de los ciudadanos (en las medidas), nos lleve de nuevo a una situación en la que el brote vuelva a estar sin control”, señala el texto.
La profesora de Salud Pública de la Universidad de Edimburgo Devi Sridhar afirmó, por su parte, que las cifras de hoy son “pavorosas” y se preguntó “por qué el Reino Unido todavía está registrando 357 muertes (diarias) diez semanas después de decretar el confinamiento”.
RETRASO DEL PROGRAMA DE DETECCIÓN
El Gobierno puso en marcha la semana pasada un programa para detectar y trazar cadenas de contagio, pero el responsable de su funcionamiento, Tony Prestedge, ha admitido que no estará plenamente operativo “hasta septiembre u octubre”.
El jefe de operaciones del sistema alertó en un seminario en línea, desvelado por el diario “The Guardian”, que el programa será “un servicio imperfecto cuando se lance”, pero “mejorará con el tiempo”.
El Gobierno ha asegurado que ha contratado a 25.000 “rastreadores” para llamar por teléfono a las personas infectadas con COVID-19 y tratar de establecer los contactos en riesgo de haber sido también contagiados, pero no ha confirmado cuántos de esos trabajadores están ya operativos.
Tampoco hay confirmación sobre cuándo estará disponible la aplicación para teléfonos móviles que servirá para detectar contacto físico cercano con posibles infectados, que debía comenzar a funcionar a mediados de mayo.
EFE