Un año después de que empezaran en Hong Kong las manifestaciones prodemocracia parece imposible que vuelva a surgir un movimiento tan masivo, en un contexto de prevención del coronavirus y a la espera de una nueva ley sobre seguridad nacional.
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El inicio de las manifestaciones gigantes, a veces violentas, fue el 9 de junio de 2019,
Ese día una inmensa muchedumbre de hongkoneses bajó a las calles del territorio semiautónomo para oponerse a un proyecto de ley que autorizaba las extradiciones hacia China.
Rápidamente los enfrentamientos entre policía y manifestantes se convirtieron en frecuentes, dividiendo a la población y afectando a la reputación y a la estabilidad del territorio.
Un año después, los foros que utiliza el movimiento pide a sus habitantes que se movilicen este martes para conmemorar este primer aniversario.
Los lugares de las manifestaciones, prohibidas en el contexto de prevención del coronavirus, solo se conocerán una hora antes para evitar que las fuerzas de seguridad estén al corriente.
Varios grupos de estudiantes y sindicatos anunciaron su intención de preguntar a sus simpatizantes sobre una posible huelga en los próximos días.
Sin embargo el movimiento sindical sigue siendo débil en esta ciudad de unos 7,5 millones de habitantes.
El martes, la jefa del ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, nombrada por Pekín y muy impopular, dijo que “Hong Kong no puede permitirse un caos así”, respondiendo a preguntas de la prensa, y pidió que todas las partes “aprendan la lección”.
Los habitantes necesitan “demostrar que los hongkoneses son ciudadanos razonables y sensatos de la República Popular de China” si quieren mantener sus libertades y su autonomía, dijo Lam.
La excolonia británica fue devuelta a soberanía china en 1997 tras un acuerdo que garantizaba al territorio una autonomía y libertades desconocidas en el continente hasta 2047, según el principio de “un país, dos sistemas”.
– “Combate interminable” –
En la última década, nació en Hong Kong un movimiento de protesta, alimentado por el temor a perder las libertades en esta metrópoli financiera.
Según los especialistas, el margen de maniobra de la oposición de Hong Kong se redujo desde el año pasado.
“No creo que la cólera se haya calmado mucho pero el problema es que muchas acciones no están autorizadas en las circunstancias actuales”, explicó la AFP Leung Kai-chi, analista de la Universidad China de Hong Kong (CUHK).
“La gente espera una oportunidad, claro que quieren manifestarse de nuevo… pero no lo harán de manera irreflexiva”, según Francis Lee, responsable de la escuela de periodismo CUHK.
La movilización prodemocracia nació el año pasado del rechazo del proyecto de ley de extradición. Si este texto fue luego retirado, los manifestantes ampliaron después sus reivindicaciones.
Piden principalmente la instauración del sufragio universal y una investigación independiente sobre el comportamiento de la policía.
Todas esas demandas fueron rechazadas por el ejecutivo local y por Pekín.
En reacción China decidió adoptar en Hong Kong un proyecto de ley que prevé castigar las actividades separatistas, “terroristas”, la subversión o las injerencias extranjeras en el territorio.
Pekín aseguró que esta medida solo afecta “una pequeña minoría” y que permitirá restablecer la confianza del mundo de los negocios.
La oposición teme sin embargo que provoque una represión política en el territorio de Hong Kong, similar a la de China continental.
“Primero [Pekín] hacer perder a los hongkoneses su corazón y su alma y luego intenta obligarles a ser leales”, dijo Kong Tsung-gan, activista autor de tres libros sobre el movimiento de protesta.
Según él a los hongkoneses les espera “un combate interminable” y “tendrán que estar preparados para sufrir y sacrificarse todavía más de lo que han hecho hasta ahora.
El año pasado unas 9.000 personas fueron detenidas en Hong Kong por participar en las manifestaciones y más de 1.700 ya fueron inculpadas.
AFP