El martes 9 de junio, durante el conteo que se realiza a diario dentro del Centro Penitenciario 26 de Julio en el estado Guárico, se percataron de que faltaba un preso. Los custodios revisaron las celdas y a las 5:00 de la mañana lo localizaron sin signos vitales.
Ese mismo episodio se repitió cinco horas después, cuando falleció otro recluso. Como Carlos Eduardo Jiménez Jiménez (37) y José Francisco Avilés Hidalgo (55) fueron identificados los presos fallecidos, según pudo conocer el equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) y de quienes hasta ahora se desconocen sus causas de muerte.
Sobre el caso de Carlos Eduardo, el equipo del OVP pudo conocer que desde el 2019 le correspondía una medida de confinamiento, mientras que para enero del 2020 debían otorgarle la libertad plena tras cumplir con la totalidad de su condena, pero ésto nunca se concretó. En los tribunales del estado Apure, donde estaba radicada su causa, y el jefe de Defensa Pública estaban al tanto de su caso.
Los familiares relataron que Carlos Eduardo recorrió siete recintos penitenciarios. El primero fue el Internado Judicial de Apure, seguido por el de Barinas (Injuba) y el de Aragua, conocido como Tocorón.
También fue trasladado al Internado Judicial de Los Llanos (Cepella) en el estado Portuguesa, donde contrajo tuberculosis, y posteriormente ingresó al Centro Penitenciario David Viloria, mejor conocido como Uribana en Lara, pero en vista de que era un recluso con sentencia firme fue llevado hasta la Comunidad Penitenciaria de Fénix. Los últimos tres años tras las rejas los cumplió en la cárcel 26 de Julio, donde lamentablemente falleció.
Desde que Carlos Eduardo fue trasladado a penales con régimen penitenciario, fue poco lo que compartió con sus deudos porque el Ministerio de Asuntos Penitenciarios prohibió la visita de hombres. Cabe destacar que su familia está constituida en su mayoría por hombres y eran ellos los encargados de velar por él.
Tenían al menos dos años que no veían a Carlos Eduardo, pero no por eso lo abandonaron. Su familia acudió incansablemente a tribunales porque solo faltaba la audiencia donde le darían la libertad, pero nunca lo trasladaron porque no había vehículos disponibles.
Sin embargo, como en la cárcel 26 de Julio estaban al tanto de que éste recluso tenía la condena cumplida, fue trasladado a aislamiento bajo el alegato de que sería protegido. Es de público conocimiento que ésta área es utilizada como una celda de castigo, donde confinan a los presos durante al menos un mes, pero Carlos Eduardo estuvo allí durante un año, tiempo suficiente para que se deteriorara su salud, bastante afectada por la tuberculosis y la desnutrición.
Aunado al sufrimiento de éste hombre dentro del 26 de Julio, sus familiares fueron objeto de extorsión y hurto, debido a que los paquetes que le enviaron nunca llegaron a sus manos, además de que les pedían dinero para mantener su integridad física.
“Luchamos hasta más no poder, hasta lo último, porque teníamos la esperanza de que saldría”, declararon al OVP, al tiempo que aseguraron que él nunca perdió la esperanza de salir en libertad, principalmente la semana pasada cuando realizaron un operativo del Plan Cayapa en éste penal.
“El gobierno nos quiere hacer creer otra cosa, pero nos llamaron otros presos y nos dijeron que a Carlos Eduardo lo habían matado”, reveló un familiar que se mostró incrédulo ante la versión de su fallecimiento a causa de tuberculosis.
Sumado al dolor de no ver a su ser querido por años y de esperar una libertad que nunca llegó, ahora los familiares de Carlos Eduardo no saben cómo trasladarse desde Apure hasta Guárico, debido a las restricciones por la cuarentena obligatoria que rige en el país. Además de que para efectuar el traslado del cadáver deben desembolsillar 400 dólares que no tienen.
Carolina Girón, directora del OVP, exigió el esclarecimiento de los hechos en torno a la muerte de éstos dos reclusos que se encontraban bajo la responsabilidad del Estado.
“Exhortamos a que atiendan la denuncia que hicimos sobre el brote de tuberculosis en este centro penitenciario. Lo hemos venido advirtiendo y nos damos cuenta de que a la hora de una emergencia dentro del 26 de Julio no no hay un médico que atienda las 24 horas, esta situación es reiterativa en todos los centros penitenciarios del país ante la mirada inerte del Ministerio de Servicios Penitenciarios”, puntualizó Girón.
Prensa OVP