La más reciente novela de Ibéyise Pacheco, titulada “Los hermanos siniestros”, fue pirateada a los pocos días de su salida. La escritora asegura que el PDF fue puesto en circulación por los enemigos de los hermanos que sirvieron de modelo, para que el país sepa quiénes son y cómo es su maquinaria de maldad para acumular las riquezas y cargos que detentan. “Y porque les disputan dinero y poder”.
Por Milagros Socorro / lagranaldea.com
Los protagonistas de Los hermanos siniestros, la más reciente novela de Ibéyise Pacheco, se llaman Jaime y Betty Ramírez y son jerarcas del régimen de un tirano que en la trama lleva el nombre de Nicolás Maduro. Dado que el J.R. (Jaime Ramírez) de la novela es hijo de un activista político que muere en la cárcel por las torturas que le infligieron, para que confesara el paradero del industrial norteamericano William Niehous, en cuyo secuestro había participado el detenido; que es un siquiatra que solo ejerce fuera del consultorio, y para manipular las emociones ajenas; que fue rector del Consejo Nacional Electoral, vicepresidente y alcalde de Caracas; que es gran aficionado al lujo y le gusta exhibir su riqueza usando ropa y zapatos de marca… en fin, por todas las características del personaje, no han faltado maliciosos que piensen que es un calco de Jorge Rodríguez y que la repulsiva Betty, repudiada por un personaje llamado Hugo Chávez porque aquella, cuando tuvo ocasión, le metió mano a la caja fuerte donde este guardaba 250 mil dólares en efectivo, es el alter ego de la hermana.
La conocida periodista Ibéyise Pacheco, quien ya había incursionado en el género novelístico con Las muñecas de la corona: los crímenes y las perversiones del chavismo en el poder (2017), evade comentar cuánto hay de invención y cuánto de referencia en lo real. Pero el caso es que los lectores recorren las páginas no solo para avanzar en la trama sino para reconocer hechos y personas que han tenido a Venezuela como escenario en el que se desenvuelven sin freno y sin escrúpulos.
-¿Por qué eligió como género la novela y no el gran reportaje?, cualquier lector puede reconocer los acontecimientos y las personas que rodean a sus personajes de ficción.
-Hay una razón fundamental: No vivo en Venezuela. Hace cinco años y medio tuve que salir de mi país y eso me impide cumplir con el rigor debido para escribir un reportaje de investigación. En ese sentido, la novela me permite recrear y crear personajes, algún manejo arbitrario de detalles, procurar situaciones que completan una idea. En un reportaje de investigación es imprescindible que identifique las partes aludidas. Es mí deber, porque le estoy asegurando al lector que todo lo que estoy escribiendo lo he verificado. Y a todo aquel sujeto vivo, que aluda en una situación relevante, tengo que entrevistarlo. Así lo hice con el psiquiatra Edmundo Chirinos, en Sangre en el Diván, y con las asesinas del niño Dayán González, en El grito ignorado. Sin el testimonio de Edmundo Chirinos, Sangre en el diván habría sido un reportaje incompleto. Sería una profunda investigación sobre un crimen, pero que sin su voz habría tenido que acotar lo que tanto sucede en Venezuela: Que la fuente referida no quiso responder o darte la cara. A Chirinos, por meses, insistí en entrevistarlo, lo llamaba dos o tres veces al día y él me atendía con mucha amabilidad, pero se negaba. Hasta que un día de debilidad, como lo tiene todo ser humano, aceptó, y yo pude escribir con satisfacción un gran reportaje de investigación. En las circunstancias actuales, es imposible que yo pise Venezuela, tan imposible como que los hermanos siniestros acepten sentarse conmigo para ser entrevistados. Ni hablar de la posibilidad de que llegue a publicarlo en un medio local. Además, siento que sería petulante de mi parte creer que en la distancia puedo escribir un reportaje que cumpla con el rigor periodístico mientras conozco -porque me comunico siempre con colegas- cómo exponen su seguridad, su libertad, en las peores condiciones de vida que algún venezolano imaginó. Respeto mucho a quienes siguen en nuestro territorio y, en particular, admiro cómo mis compatriotas reporteros se las arreglan para ejercer con honestidad y con coraje, enfrentando repito, las peores adversidades. Por muy difícil que sea lo que me toca vivir, nada se compara con el infierno venezolano.
-¿Cómo fue la investigación para escribir esta novela?
-Mi proceso inicial no es muy distinto al que cumplo para la investigación de un caso. Ser reportero te afina el olfato y cuando investigas desarrollas la paciencia. Empiezas a construir uno o varios mundos sobre la información que obtienes. Es obligatorio para mí conversar con la mayor cantidad de fuentes. Nunca me había entrevistado con tantos como para Los hermanos siniestros. El asunto puede convertirse en interminable, porque un hecho se conecta con otro; y los malvados en su mayoría viven con el temor de que van a morir temprano o que no tendrán tiempo de disfrutar suficiente el fruto de sus fechorías. Son, entonces, prolíficos en historias. Hago un gran esfuerzo para organizar la información y comienza luego un proceso de deconstrucción en el que cruzo eventos y fusiono personajes, tratando de seguir el curso de lo que tengo en mi cabeza.
-Su libro fue pirateado antes de cumplirse una semana de su publicación y el PDF circuló mucho. ¿Quién cree que está detrás de esto?
-El PDF sigue circulando. No tengo idea de quién pudo cometer ese robo. Porque, estemos claros, están violentando mi derecho de autor y yo vivo de mi escritura. Sin embargo, estoy segura de que el objetivo de este asalto no era yo. Quien hizo circular masivamente la versión de PDF tenía la decisión específica de que mi libro fuese leído por la mayor cantidad de venezolanos. Quienes tienen los recursos y coinciden con ese deseo son los enemigos de los hermanos, que les disputan negocios y poder. A las 24 horas de haber salido al mercado, ya se había ubicado como best seller número uno entre los libros vendidos en español en Amazon. Esto lo lograron mis lectores de Estados Unidos y Europa. Puedes imaginar el efecto que tiene en Venezuela, cuando alguien te lo envía a tu teléfono por WhatsApp o por correo electrónico que es lo que ha ocurrido. La mayoría no piensa que es un robo, eso creo. Resultó un regalo para un pueblo censurado y en pandemia. Ni con el mayor de mis éxitos imaginé que me iban a leer de esa manera, con tal desesperación y agradecimiento. Estoy muy conmovida.
-Además de los hermanos siniestros, J.R. y B.R., hay un tercer personaje que integra el elenco protagónico. Sus iniciales son JVR. Es un anciano periodista cínico, obsesionado con el poder, maquiavélico y, según dice la voz narradora de su novela “el más abyecto de los políticos venezolanos”. ¿Por qué es tan importante para los hermanos siniestros?
-JVR tiene mucha importancia en la formación y en la dirección política de los hermanos siniestros. Así como la tuvo en los 60 años durante los cuales ese personaje ha sido protagonista de la historia venezolana, aunque nos disguste. Él tenía que estar. En eso estuve muy clara desde el principio.
-El personaje JVR, gran manipulador y maestro de la intriga, es dado a tomar sangre humana. ¿De qué es metáfora este rasgo?
-Es exactamente así. Toma sangre humana. Ese personaje lo hace con placer y con resultados que lo han mantenido con vida, según dicen algunos médicos.
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