El caso de Madeleine McCann da vueltas como una noria en manos de las policías lusa, británica y alemana. El nuevo punto de mira que llega desde Berlín hace que los cuerpos de seguridad del Reino Unido y de Portugal tengan que actualizar sus pesquisas, como demuestra la Policía Judicial del país vecino al recurrir al Instituto de Medicina Legal y de Ciencias Forenses de Coimbra.
Por ABC
Es allí, en el laboratorio ubicado 200 kilómetros al norte de Lisboa y 115 al sur de Oporto, donde los investigadores policiales se apoyan en los científicos para tratar de esclarecer un asunto clave que tiene en vilo a cientos de personas, ávidas de saber qué fue de aquella niña rubia de aspecto angelical.
Poco después del fatídico día en que Maddie desapareció, hace 13 años en el Algarve, se encontraron unas muestras en el edredón de la cama donde dormía en Praia da Luz (Lagos) que inicialmente parecían semen. Se analizaron, pero quedó probado que se trataba de saliva.
¿De quién? Con los recursos disponibles entonces, no pudo determinarse la persona en cuestión… y eso que ya había salido a colación el mismo sospechoso alemán que hoy vuelve a estar en el ojo del huracán, Christian Bruckner, de 43 años.
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