Pero esto cambió radicalmente hace algunas horas, Alex Saab pasó de ser el amigo secreto de la dictadura chavista, a una especie de súper héroe revolucionario, al que el “imperialismo” ha “secuestrado” por haber “desafiado valientemente” el “bloqueo” contra el pueblo venezolano. Más allá de las consignas y la propaganda a la que nos tiene acostumbrados el régimen, lo que estos acontecimientos han demostrado es el estrecho nexo que existe entre Saab y la élite madurista, los medios del mundo hablan del detenido como el testaferro de Maduro, el hombre que se enriqueció importando comida de dudosa calidad a sobreprecio para ser vendida a través del sistema de chantaje político y control social llamado CLAP.
Mientras los venezolanos se comían las lentejas con gorgojos y la leche con aspecto de cal que venía en las cajas CLAP, Saab amasaba un enorme fortuna, y no precisamente con harina Maseca, a costa del hambre y la miseria de millones de venezolanos. Sus propiedades incautadas en Colombia superan los diez millones de dólares. Eso es apenas la punta del iceberg, puesto que alrededor del personaje se ha tejido una enorme red de lavado de dinero y corrupción que nadie sabe hasta dónde llega. Saab llegó a ser tan poderoso que hasta se compró una bancada en la Asamblea Nacional. La llamada bancada CLAP, reconocida por el régimen madurista como la “verdadera” Asamblea Nacional, es producto de los poderes del empresario todopoderoso. Digamos que se trata de un pago de favores, pues quienes dirigen esa AN ilegítima hasta cartas de buena conducta le llagaron a otorgar al ciudadano de nacionalidad colombiana.
Al momento que escribo este artículo el destino de Saab demora incierto, desde Cabo Verde de un proceso de extradición en marcha hacia los Estados Unidos, pero el dictador y sus aliados harán todo para que eso no pase. Veremos quién termina imponiéndose, lo cierto es que por ahora, la revolución ha perdido un superhéroe, ha perdido a Súper CLAP.
@BrianFincheltub