La propiedad de unos lingotes de oro valorados en cerca de USD 200.000 que quedaron en un tren de cercanías suizo el año pasado sigue siendo un misterio, y plantea un interrogante aún más importante: ¿quién viaja con una bolsa con oro en primer lugar?
Los lingotes, valorados en 182.000 de francos suizos (US$191.000), se encontraron en octubre pasado dentro de un paquete en un tren que había partido desde San Galo y tenía como destino a la ciudad de Lucerna, según un aviso del 2 de junio en el periódico local. Si bien no se dio el peso, los cálculos a precios actuales significan que las barras pesaron alrededor de 3,45 kilogramos, más o menos como dos ejemplares de ‘Guerra y paz’.
El propietario del oro no pudo encontrarse pese a “investigaciones exhaustivas”, según el anuncio. Suiza, donde los lugareños a veces compran víveres con un billete de 1.000 francos, ha atraído desde hace mucho a aquellos que prefieren que sus gastos no dejen rastro. En medio de una ofensiva de una década contra el secreto bancario suizo, el país ahora está atrayendo a personas con una inclinación por el oro.
A principio de este año, Suiza emitió una moneda de oro tan pequeña que se necesita tener la vista muy aguda para ver a Albert Einstein sacando la lengua.
La casa de moneda estatal Swissmint anunció que la moneda de oro de 2,96 milímetros es la más pequeña del mundo. Pesa 0,063 gramos y su valor nominal es de ¼ de franco suizo (26 centavos).
Swissmint dijo que la moneda, de la que ha fabricado 999 ejemplares, se vende a 199 francos junto con una lupa para que el coleccionista pueda ver la cara del célebre físico en el anverso.
Las barras de oro olvidadas en el tren fueron confiscadas por la oficina del fiscal del cantón, que ha concedido al propietario hasta cinco años para demostrar su propiedad. Nadie ha presentado una reclamación aún, dijo el lunes un portavoz de la fiscalía.