¿Recuerdan la película Jumanji? En esa película unos niños encuentran un misterioso juego de mesa y algún desastre ocurría tras lanzar los dados. Una invasión de arañas, una inundación, una estampida de animales selváticos o el ataque de un clan de monos, todo podía ocurrir. Uno de los personajes, Alan, terminó atrapado en el juego y vivió por 30 años en una selva sin contacto alguno con la civilización. ¿A que viene este relato? Pues, que con cada día que pasa parece que estamos por llegar a la selva de Jumanji en el municipio Libertador del estado Carabobo.
Con el pasar de los años el municipio se ha ido quedando sin señal celular, las tres operadoras de telefonía, al igual que en el resto del país, denuncian que sus antenas y sistemas interconectados han sido vandalizados. No se diga la Arenosa, Cortadora, El Naipe o Agarrobal, es que en mismísimo centro de Tocuyito llamar por teléfono, enviar un mensaje de texto, conectarse a internet o procesar un pago con un punto de venta amerita cualquier clase de maroma. Durante la cuarentena, muchas personas dependen de la conectividad para hacer transacciones bancarias, mantener el contacto con seres queridos, continuar sus estudios pero, en virtud de la total indolencia gubernamental, pareciera que las autoridades creen que las telecomunicaciones son algo superfluo o banal. Es Conatel la institución gubernamental que debe responder ante tantas dificultades padecidas por los usuarios pero ¿Quién podría ser recibido en Conatel con más facilidad para hacer un reclamo? ¿Usted amigo lector? ¿Su servidor el articulista? O ¿el ciudadano alcalde sr. Juan Perozo? Aunque no es su competencia, su rol como primera autoridad civil local podría hacer visible el malestar del pueblo que lo eligió, no obstante, eso no ocurre.
Alguien lanza nuevamente el dado en el tablero de Jumanji y nos damos cuenta del deterioro físico del municipio. En la entrada de Tocuyito, al lado del Puente Tocuyito, vuelve a abrirse por décima cuarta vez una tronera entre la isla y la Plaza del Arco. Imposible que el alcalde no lo vea y que no noté la sospechosa recurrencia. ¿Quiénes han sido los contratistas? ¿Quiénes los ingenieros? ¿Ingeniería municipal ha supervisado ese terco mega hueco?. Unos pasos más allá, en la vía de servicio, en las inmediaciones de la Unidad Educativa “María Magdalena”, un recurrente desbordamiento de aguas negras afecta a los vecinos. En esa misma vía de servicio, a solo metros, ocurre otro desbordamiento de aguas negras, cerca de allí se encuentra la maternidad “María Ibarra”. Solo hago notar estos dos problemas de infraestructura porque están a solo pasos de la sede de la Alcaldía, pero Libertador completo sufre una notoria desinversión en equipamiento urbano. ¿Lo ha notado Sr. Alcalde?
La crisis del agua potable, que denunciamos la semana pasada, se hace cada vez más insoportable. Aunque precisamente es el municipio Libertador donde se encuentra el embalse Pao – Cachinche el mismo ha sido contaminado, las estaciones de bombeo están inservibles y, aunque en un primer momento fue una respuesta la construcción de pozos en las comunidades, la desinversión de Hidrocentro, la Gobernación y la Alcaldía ha provocado el aumento de reportes de fallas y averías de las bombas de esos pozos. Resultado: ¡No hay Agua en Libertador!.
Otra vez lanzan el dado en el tablero y recordamos las recurrentes fallas eléctricas, la falta de gas doméstico que obliga a muchos a cocinar con leña, la crisis del transporte que obliga a muchos a andar como sardina en lata en las busetas y camiones (eso sí, ¡con tapabocas y guantes por la pandemia!), los salarios infames que impiden vivir con algo de dignidad a los trabajadores de la administración municipal (y de toda la administración pública) y la escasez de medios de comunicación para denunciar los problemas que sufre la gente. Alan, el muchacho atrapado en Jumanji, no vería mucha diferencia con Tocuyito. Un alcalde, cualquiera que ejerza esa labor, debería estar en primera fila reclamando ante los organismos competentes tanto sufrimiento de la ciudadanía, ese es el deber ser, pero el Sr. Juan Perozo, actual alcalde, no está jugando ese papel. En modo de chiste un vecino me preguntaba “¿Qué se sentirá tener agua, luz, gas y señal al mismo tiempo?” “te faltó en la lista alcalde” le dije.
Obviamente, no solo falta alcalde. Faltan concejales, falta gobernador, faltan ministros y falta presidente. Falta autoridad y orden. Ahora bien, quejarse es fácil. Cambiar lo que ocurre requiere muchas cosas, pero desde aquí, desde estas líneas sugiero lo que considero el primer requisito del cambio: ¡protestar!. Seguir guardando silencio no nos hace nobles o respetuosos, nos hace cómplices. Para detener la lanzadera de dados en este Jumanji necesitamos ciudadanos, no cómplices.
Julio Castellanos / [email protected] / @rockypolitica