De las realidades que la maquinaria de propaganda oficialista no puede ocultar, por más que se esfuerce, la migración venezolana constituye hoy una de las más tangibles y dramáticas evidencias de los efectos que el gobierno de Nicolás Maduro y la crisis humanitaria compleja generada bajo su administración, está ocasionado en los venezolanos.
Por Alexei Guerra Sotillo
Es difícil encontrar una familia venezolana, que no haya visto a uno de sus miembros hacer sus maletas y partir, al no encontrar opciones de sustento y futuro en la tierra que les vio nacer, con toda la tristeza y desgaste emocional que ello supone para quienes se quedan, y para quienes se van.
Los 5.082.170 de personas que según cifras estimadas por ACNUR, agencia de Naciones Unidas y su plataforma de coordinación para refugiados y migrantes de Venezuela, han salido del país, ubican este fenómeno migratorio como uno de los más grandes de años recientes en América Latina y en el mundo.
La labor de medios y agencias de noticias, al dar cuenta de este fenómeno social y de masiva movilidad humana, si bien permite conocerlo y documentarlo, en ocasiones se limitan a un abordaje de cifras o estadísticas, sin desentrañar las particularidades de este proceso, en su contexto social, demográfico y sobre todo, de las diversas razones que lo motivan e impulsan.
La frontera de Venezuela con Colombia, es hoy una fuente de informaciones y noticias que ilustran la complejidad de un proceso en el cual la crisis política venezolana y las alianzas y pugnas creadas en el plano internacional, se han volcado en esa línea demarcatoria territorial. La pandemia del covid-19, y el retorno que han iniciado algunos compatriotas, se topa ahora con la restricción impuesta por Maduro al ingreso desde territorio neogradanino.
La profesora Mariela Torrealba, directora académica de Medianálisis ha desarrollado una línea de investigación sobre el periodismo de migraciones, complementado además con el debate e intercambio con comunicadores sociales que se han dedicado a cubrir esta oleada migratoria.
Producto de esta indagación sistemática sobre la forma en la que un conjunto de medios venezolanos han reflejado la salida masiva de venezolanos durante los últimos dos años, se ha podido establecer entre otros resultados, por ejemplo, que el 68% de la información analizada en 2018 era de agencias o de otros medios básicamente latinoamericanos.
A diferencia de un tratamiento más frecuente por parte de agencias en 2018, en 2019 el periodismo independiente asumió el tema migratorio, e incluso, se evidencia un aumento en la autoría del periodista en las notas sobre migración, lo cual estaría vinculado no sólo a un mayor interés en profundizar en el tema, sino al hecho de que han sido precisamente los periodistas, parte de ese flujo migratorio que, desde otros países, pueden ofrecer su perspectiva sobre esta realidad.
La política de opacidad informativa y rechazo inicial del gobierno de Nicolás Maduro ante la salida masiva de venezolanos hacia Colombia y otros países, ha influido notablemente en las dificultades no sólo de periodistas para acceder a la fuente oficial, sino también a quienes desean tener una información y estadística real de esta migración, producto de la agudización de la crisis económica, social y política.
Otro mirada sobre este tema, dolorosa y preocupante, es la xenofobia que la llegada masiva de venezolanos ha generado en los países de la región, y que ha traído efectos en la dinámica económica, laboral e incluso socio-urbana en países como Colombia, Perú y Ecuador, por mencionar las principales naciones receptoras de esta diáspora venezolana.
En talleres virtuales auspiciados por Medianálisis y facilitados por la Profesora Torrealba, se percibe una mayor consciencia y claridad de los periodistas participantes acerca de los riesgos y dificultades que implica realizar una cobertura periodista de la migración venezolana, especialmente en la frontera colombo-venezolana.
Se identifica la necesidad de apostar a un enfoque distinto del tema , que incorpore historias de vida, casos de integración positiva de compatriotas en cada país, y un trabajo de investigación soportado en redes de apoyo profesional con periodistas de diversos países que comparten data e información.
Para quienes tenemos interés en leer noticias y reseñas sobre la migración venezolana, esperamos encontrar, por ejemplo, un énfasis en historias de vida de cada migrante, de cada familia, entendiendo que cada migrante es eso, una historia de vida, un cúmulo de razones, urgencias, necesidades y aspiraciones que, en ocasiones, es difícil entender desde una cobertura que sólo nos hable de cifras globales, rechazos xenófobos o de actos contra la Ley, de venezolanos en el exterior.
Sobre el tema del periodismo de migración en general, y venezolana en especial, son necesarias otras miradas, que ilustren la complejidad inexorablemente ligada al drama humano que ha significado para cada familia, y para cada padre y madre que ha visto y ve a sus hijos partir de su casa, y de su país.
@alexeiguerra