Arturo Brito es un joven venezolano de 18 años que escribe, dibuja, anima, y a través de sus diseños canaliza pensamientos y reflexiona. Su objetivo es crear una comunidad para poder dialogar.
Por Alonso Castillo | Voz de América
Con menos de dos años lo diagnosticaron con autismo severo. No habló hasta los 5 años. Su familia buscó toda clase de terapias para auxiliarlo en su desarrollo y ahora, hecho un adolescente, cursa estudios en una preparatoria común y explora su talento creativo.
Su interés es el dibujo, que aprendió de forma autodidacta, y lo ha volcado en animaciones que sumerge en una cascada de colores en sus cuentas de YouTube e Instagram, donde se identifica como “The Grey Guy”, el chico gris.
Debido a su condición de autista, Arturo se comunica mejor por textos que en una conversación, pero así y todo accedió a una entrevista de la Voz de América.
“Es importante investigar y tener contexto con lo que se debe decir con animaciones y hacer discusiones”, dijo.
Sus padres dicen que aprende todo con intensidad. En dos semanas se entrena en la práctica de cualquier interés hasta que logra dominarlo. Cocina, se hace arepas, arroz en la olla eléctrica. Se prepara su cena solo todas las noches.
Sin embargo, se ha concentrado en el dibujo y las animaciones.
“The Grey Guy” explora lo que observa, busca respuestas y hace preguntas. Escribe su guion, lo lleva a imágenes con lápices y luego lo transforma como un videojuego de magia.
“Haciendo animación, es importante escribir y luego lo animo, pongo los “frames” para que se pueda cuadrar todo lo que digo”, explicó a la VOA.
Su madre, Elkis Bejarano, dice que “el dibujo lo equilibra física y emocionalmente, lo ha ayudado muchísimo”.
Arturo comprende que “el planeta está en crisis, está luchando contra el coronavirus y los difíciles tiempos”.
También tiene en planes enseñar a un grupo de niños cómo utilizar el programa con el que él hace sus diseños.
“El siguiente video que voy a hacer tendrá varias e interesante características”, dijo.
Para Arturo, que cursa el duodécimo grado, la vida está en una caja de lápices de colores y “The Grey Guy” tiene el impulso para seguir imaginando y realizando.