En agosto de 2017 Floyd Mayweather y Conor McGregor se enfrentaron en una histórica pelea que tuvo más expectativa que acción. El boxeador, que había vuelto del retiro para ese duelo, se impuso por nocaut técnico ante el campeón de artes marciales mixtas en un combate en el que nunca tuvo oportunidad.
A pesar de que fueron meses de cruces verbales entre ambos, en los que el irlandés sostenía que ganaría fácilmente, apenas hizo pie en el ring y en el round 10 el árbitro detuvo las acciones para que el europeo no siga recibiendo golpes. Esta semana, a casi tres años de aquella velada en Las Vegas, Nate Jones, uno de los entrenadores de Mayweather contó algunas desconocidas anécdotas cobre la “Pelea del Billón de Dólares”.
El ex púgil era amigo del Money y tras retirarse en 2002 comenzó a prepararlo. Por eso era no sólo uno de sus entrenadores, sino una de las personas que más lo conocían, razón por la cual el enotrno de McGregor lo contactó antes del histórico combate. “Floyd no lo sabe, pero recibí una llamada de la gente de McGregor para trabajar en su esquina para esa pelea. Me ofrecieron USD 1.5 millones, pero corté la llamada”, reveló en el podcast de boxeo, Rocky Road: Rewind.
La propuesta era tentadora, pero Jones nunca dudó: “Dije, ‘No, no soy desleal de esa manera. No hago cosas así, ése es mi amigo‘. Él dijo, ‘tienes que ser uno de los tipos más tontos de todos los tiempos, hombre’. Y me colgó. Floyd no lo sabe. No acepté la oferta, así que nunca se lo planteé. Pero lo haré pronto”.
Cuando llegó el momento de la verdad, y los protagonistas estaban listos para la pelea en el T-Mobile Arena, Jones advirtió que había elegido el bando ganador: “Cuando Floyd vendaba sus manos, enviaron a alguien para que nos vigilara para asegurarse de que no estaba haciendo nada ilegal, y viceversa. Cuando McGregor envolvió sus manos, enviamos un representante que era yo. Me senté allí y vi a McGregor envolverse las manos. Y nunca había visto a alguien tan nervioso en mi vida. Esa es la parte de la pelea que más me sorprendió”.
Pese a los cruces verbales, a la preparación y al show mediático, el luchador irlandés parecía estar asustado según contó Jones: “En el vestuario preparándose para pelear, estaba muy conmocionado. Fue al baño seis veces. Seis veces. Pensé, ‘¿qué le pasa a este tipo?’ Estaba muy conmocionado por esa pelea”.
En el cuadrilátero, Mayweather confirmó lo que se esperaba. Su experiencia y sus títulos de campeón fueron demasiado para un rival que estaba acostumbrado a luchar en MMA pero que nunca se había subido a un cuadrilátero. La pelea dejó el sabor amargo a los fans porque se vio como boxeo y mucho show pero sirvió para dejar en claro que no es fácil para nadie subirse a un ring, ni siquiera para una estrella de UFC.