Gabriela*, una joven venezolana que recibió una oferta de trabajo en la isla de Sint Maarten, a 1347 km de casa, es una de los 130 connacionales que quedaron atrapados en ese territorio durante la pandemia covid-19. Se ha convertido en la encargada del grupo, al que le ha tocado enfrentar la falta de respuestas para un retorno próximo.
Raylí Luján / La Patilla
La depresión y las deudas económicas para quienes llegaron a la isla con un plan turístico o laboral a corto plazo, se hace cada vez más presente entre estos venezolanos, quienes siguen recibiendo desde hace meses la misma respuesta por parte de la cónsul de Venezuela en Curazao, Marisol Gutiérrez: “Se debe esperar por la orden en Venezuela”.
Los gobiernos de varias islas en el Caribe ya han ido anunciando que vencieron a la epidemia. Aruba, St. Barth, Anguila y St. Maarten son algunas de las que se declararon sin casos activos de covid-19. Esta última, abrió sus espacios desde el pasado 15 de junio y espera reabrir el aeropuerto internacional Princesa Juliana el 1 de julio.
Lo que debía ser una buena noticia para que los venezolanos pudieran regresar a su país se aleja de ello cuando desde la cancillería venezolana no se informa sobre un plan de vuelos humanitarios. Por su parte, la aerolínea Copa Airlines, con la que viajó la mayoría de los venezolanos retenidos en el lugar, se ha comportado a la altura, de acuerdo a los testimonios, y la información que ofrece es que Venezuela no autoriza el permiso.
Mientras tanto, Gabriela, de 28 años de edad se desespera por su condición de hipertensa y los altos costos en St. Maarten para atenderse. Aún así, ha recibido el apoyo de sus jefes y ello la ha hecho sentir afortunada frente a otros casos más delicados. Una señora mayor de 64 años sufrió un coma diabético y ahora mantiene una deuda alta luego de ser atendida. Otro joven de 20 años se encuentra en situación de calle como resultado de un ataque de pánico y depresión que atravesó.
“Hay una embarazada y no se puede ir, va a tener que dar a luz aquí y endeudarse en la isla para tener a su hijo. A todos nos preocupa que la isla es una de las más afectadas en medio de los huracanes y ya se acerca la temporada, y no tenemos resguardo. No contamos siquiera con información de cómo actuar. Aquí hay gente de Valencia, Barquisimeto, Guarenas, Coro, Caracas, Charallave”, explica.
Sumado a la preocupación de quedarse sin recursos, se les presenta a los venezolanos en St. Marteen la exigencia por parte de Migración de retirarse de la isla por no contar con la documentación legal. En el comunicado de la institución migratoria se les indica que serán deportados, pero en vista del cierre del espacio aéreo en Venezuela para cumplir con esa medida, Gabriela detalla que se les retiene el pasaporte.
“Como Venezuela no abre nos retienen los pasaportes. Hay 200 pasaportes retenidos de venezolanos que residen aquí y no pueden hacer más nada. Si no te quitan el pasaporte, te llevan detenido hasta que Maduro decida abrir el espacio aéreo. Estamos en un dilema horrible, que nos tiene preocupados a todos”, agrega.
El miedo y la preocupación han hecho que muchos consideren viajar hasta Ecuador y luego caminar hasta la frontera colombiana con Venezuela. “Hay deudas, hay gente que no tiene ni cómo pagar los alquileres y que pronto pueden quedar en la calle. Ellos nos están apoyando de salir de la isla, pero sin permiso de entrar a Venezuela, ¿cómo nos vamos? Yo vine con la única intención de trabajar y luego irme a mi país. Yo tengo a mi madre enferma con lupus en Venezuela y trato de no preocuparla. Yo nunca quise salir ni ser inmigrante y bueno, nos tocó así, no tenemos ayuda ni resguardo”, insiste Gabriela.
En el registro que lleva esta joven venezolana sobre venezolanos varados en el mundo por covid-19 se cuenta un total de 4.409 casos. En Estados Unidos se concentra un número importante que supera los 1.000 connacionales en espera de regresar al país mientras que en Colombia suman más de 20.000 venezolanos que intentan retornar, según el reporte de Migración Colombia.