Los colegios electorales de más de 4.600 localidades franceses abrieron este domingo a las 08.00 (06.00 GMT) para la segunda vuelta de las municipales, que fue aplazada hace tres meses a causa de la pandemia de coronavirus.
El 13 % de los municipios, donde en la primera ronda del pasado 15 de marzo ningún candidato obtuvo más del 50 % de los votos, elige a sus alcaldes.
En total, el 38 % del censo está llamado a las urnas, unos 16 millones de franceses.
Como ya sucedió en la primera vuelta, la jornada estará marcada por las medidas de precaución ligadas de nuevo a la pandemia, que obligará a los electores a llevar mascarilla, a respetar las distancias de seguridad y a mantener especial precaución con la higiene.
Hace tres meses, esas precauciones incidieron en la participación, que apenas superó el 45 %, la más baja de la historia en este tipo de comicios.
Las elecciones tuvieron lugar en plena expansión de la pandemia, un día después de que el Ejecutivo decretara el cierre de bares y restaurantes, lo que disuadió a muchos electores a acudir a las urnas.
La participación será, de nuevo, una de las claves de una jornada en la que los sondeos auguran un mal resultado al partido del presidente, Emmanuel Macron, a quien no otorgan ninguna conquista simbólica.
Solo el primer ministro, Édouard Philippe, parece en buena situación para conservar la ciudad de Le Havre, pero ni siquiera eso le garantiza su continuidad en el cargo, en medio de los cada vez más insistentes rumores de una profunda crisis de Gobierno con la que Macron buscaría dar un giro más social y ecológico a su mandato.
Los conservadores Los Republicanos, primera fuerza municipal del país, ven amenazados algunos de sus feudos tradicionales, como Marsella, donde Gobiernan desde hace 25 años.
Los socialistas tienen en buena posición mantener París, de la mano de la hispanofrancesa Anne Hidalgo, pero pueden perder la hegemonía del centroizquierda en favor de los ecologistas, a quienes las encuestas otorgan opciones en ciudades importantes como Burdeos, Marsella, Lille, Lyon o Montpellier.
Finalmente, la extrema derecha bajará en apoyos electorales con respecto a los comicios de 2014, pero pueden consolarse si ganan Perpiñán, que con sus 120.000 habitantes sería su mayor conquista en un cuarto de siglo.
EFE