Tal y como si se tratase de un elaborado guión para una película de ciencia ficción, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) se dispone a desviar el curso de un asteroide, con el fin de probar una tecnología que evitaría un eventual peligro a la Tierra.
Con la misión llamada DART, la NASA busca estudiar una nueva tecnología que le permita desviar asteroides que amenacen con impactar con la Tierra. Básicamente se trata de un impacto cinético que no es más que un choque deliberado contra el asteroide.
“Tras el descubrimiento, los asteroides obtienen un nombre temporal hasta que conocemos sus órbitas lo suficientemente bien como para saber que no se perderán. Una vez que el sistema Didymos fue identificado como el objetivo ideal para la misión DART, tuvimos que distinguir formalmente entre el cuerpo principal y el satélite”, explicó Andy Rivkin, astrónomo investigador y codirector de investigación DART en el Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins (APL), quien construye y administra la misión para la NASA.
El lanzamiento de la misión será en 2022, y ya tiene su primer objetivo. Se trata del asteroide Dimorphos, una pequeña Luna, que aunque no representa un peligro latente servirá para ser objeto de estudio.
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