Américo Martín y el «macho» Héctor Pérez Marcano han puesto el dedo en la clave del debate sobre el tema de la.participación en las elecciones parlamentarias. El asunto no es facil. Y a ninguno de los dos se le puede acusar de «alacranes» ni de voceros de la «Mesita». Ambos viejos líderes fundadores del MIR tienen suficiente autoridad moral y han enfrentado a este régimen desde sus comienzos. Sin rodeos, con sustancia histórica y abundancia de argumentos han llamado a participar. Américo ha dicho que «responder con la abstención electoral a un fraude no consumado conduce a entregar todo sin poder demostrar en su plenitud el fraude,». El «Macho» lo ha gritado a todo pulmón en una esquela dirigida a Henry Ramos: «¡LA ABSTENCIÓN ES DESMOVILIZADORA, PARALIZANTE!». Ambos lo han presentado sin ambages con seriedad y respeto como corresponde a dos personajes de su estatura política e intelectual. Quizás hay tiempo, pero creo que no mucho para tomar una decisión. Los días avanzan y la iniciativa opositora transcurre solo en el ámbito internacional. Es comprensible por ser el espacio donde se siente más cómoda, fuerte y por tanto segura. Los recientes anuncios de la comunidad europea le dan un aliento que debe aprovechar. Pero el debate, con sólidos argumentos y también con muchos eufemismos que esconden posiciones ya tomadas, aterrizará en la decisión de ir o no a las elecciones parlamentarias. A la cual refieren este par de veteranos de la política. Votación o abstención, a eso se va a resumir la discusión. Por ahora, podemos seguir caminando por la orillita sin meternos en profundidades para no asumir compromiso con una u otra posición. Es comprensible el temor a no resbalarse en el piso mojado de la participación en las elecciones parlamentarias y quedar fuera de la decisión definitiva a la hora del té. Lo expuesto por Américo y el «macho» Pérez Marcano, sin embargo, le da otra perspectiva a lo hasta ahora discutido. El liderazgo político del G-4 tiene una papa caliente en las manos. Que siga el debate…
Corto y Picante: “Américo y el «Macho». Que siga el debate” Por José Luis Farías
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