Ricardo Andreutti extrañaba las canchas de fútbol. Volvió a entrenar con el Caracas FC luego de más de tres meses de parón por la pandemia de COVID-19, que tiene en vilo al deporte en Venezuela al poner en duda la viabilidad de sus principales ligas.
“Me sentí feliz, entusiasmado, como si fuese un niño”, dijo a la AFP el mediocampista de 32 años tras reanudar prácticas con sus compañeros, aunque pidió a la dirigencia extremar cuidados rumbo a la competición oficial: “Yo quiero arrancar, pero la salud es primero. El número de contagios está creciendo y eso es preocupante”.
El Caracas reactivó el viernes pasado entrenamientos después de que el Estado autorizara actividades deportivas, prohibidas desde mediados de marzo por la cuarentena declarada frente al nuevo coronavirus.
La incertidumbre, pese al permiso, domina. El béisbol, deporte rey en este país de 30 millones de habitantes, teme cancelar el curso 2020-2021, el fútbol prepara un torneo relámpago desde cero tras suspender la temporada que estaba en marcha y el baloncesto intenta evitar que la emergencia sanitaria torpedee un relanzamiento tras derrumbarse el año pasado por falta de fondos.
El régimen de Maduro, entre cuestionamientos a las cifras oficiales, reporta 5.297 casos de COVID-19, con 44 muertes, pero reconoce un repunte en los últimos días.
Los deportistas se adaptan como pueden. “Es como cuando un jugador está lesionado y pasa mucho tiempo fuera”, comentó Tito Rojas, portero de Metropolitanos, otro de los clubes de fútbol que retomó prácticas.
– “Recortando gastos” –
“Hay riesgo de que no haya temporada”, declaró a la AFP Giuseppe Palmisano, presidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP).
La pandemia golpea cuando la LVBP busca normalidad tras ser vetada la campaña por la Major League Baseball (MLB) por las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela. La prohibición a peloteros del sistema de la MLB de jugar en el torneo fue levantada para seis de ochos equipos, pero el circuito debió renunciar a su principal patrocinante: la estatal petrolera PDVSA.
La LVBP, que arrancaría en noviembre, arrastra problemas financieros por la crisis económica del país.
“Veníamos recortando gastos, la temporada pasada redujimos el calendario de 63 a 42 juegos, y habrá que seguir”, expresó Palmisano.
Pese a las dificultades, los clubes se alistan. Los campeones Cardenales de Lara anunciaron el regreso del mánager José Moreno, ausente en el curso anterior por el veto grandeliga.
– Cuenta regresiva –
El fútbol y el básquet apuntan a septiembre. La Federación Venezolana de Fútbol (FVF) propuso comenzar en ese mes un torneo breve que defina cupos en Copa Libertadores y Copa Sudamericana. Una propuesta de los clubes plantea iniciar antes, aunque hay críticas.
El exseleccionador nacional Richard Páez, entrenador de Mineros, advirtió a la prensa que renunciaría si hubiese un arranque prematuro sin “garantías”.
La FVF dictó un protocolo, bajo lineamientos de la FIFA, que ordena pruebas diagnósticas a cada futbolista.
El básquetbol promete mantener sus planes para revitalizar las competiciones locales, con una nueva Superliga que entraría en el calendario junto a la tradicional Liga Profesional de Baloncesto (LPB). La LPB se canceló la campaña pasada por falta de recursos.
– Parálisis y desesperación –
Durante los meses de parálisis, los futbolistas profesionales mantuvieron tareas caseras a distancia para mantener un mínimo de condiciones. Los últimos partidos oficiales se jugaron el 9 de marzo.
“Evitar vivir en la ansiedad” fue clave para Andreutti, quien combinó estudios en línea y negocios propios con el trabajo físico ordenado por el Caracas FC a través de una aplicación web.
Todo lo hacía, eso sí, “con la pelota bajo el pie en el escritorio”.
Pero, las dudas no atacan solo a las ligas.
“Crece la incertidumbre y la desesperación, (…). Los atletas de otros países ya retomaron sus entrenamientos de élite”, se quejó en Instagram la garrochista Robeilys Peinado, de 22 años, pidiendo apoyo.
“En pocos meses se pierde el trabajo de años”, agregó Peinado, clasificada a Tokio-2020, edición olímpica pospuesta para el próximo año a causa del COVID-19.
Vive y entrena en Polonia, pero está en Venezuela, donde visitaba a su familia cuando llegó la cuarentena. | Por Esteban Rojas / AFP