El gobernador de Californa, Gavin Newsom, reconoció que la pandemia sigue latente en el estado y que no se ha salido aún de la fase crítica de contagios.
“No hemos salido de esta crisis. Aún estamos en la primera ola de esta crisis”, dijo Newsom a la prensa y agregó que la tasa de casos positivos aumentó en un 37%.
“Mirando el período de 14 días, vean la tendencia. Es por eso que tenemos la orden de usar máscaras, estamos haciendo anuncios de servicio público y los alentamos a asumir responsabilidad individual de proteger su familia, amigos y la comunidad en general”, dijo el funcionario.
Parte de esa responsabilidad, insiste, es el uso de tapabocas o coberturas faciales, que ahora es obligatorio en California, pero que algunas personas se han resistido cumplir causando, incluso, desórdenes o peleas con autoridades.
Por eso, el estado lanzó una campaña masiva de anuncios públicos en radio, televisión y carteleras publicitarias – en inglés y español – para promover el uso de de los tapabocas.
Un pedacito de tela
La campaña para incentivar el uso del tapaboca invita a reflexionar en la importancia de portar este elemento para reducir las probabilidades de contagios, y según el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, esta es una responsabilidad compartida.
“Es nuestra responsabilidad ahora hacer lo que se necesita para tomar control de nuevo de COVID-19, con acción unida”, dijo el funcionario.
Garcetti fue el primer gran promotor del uso de máscaras, en California, haciendo obligatorio su uso en el condado de Los Ángeles, que sigue siendo el epicentro del coronavirus en el estado.
Sin embargo, miles de personas se resisten a usarlas en lugares públicos, y ante eso, el gobierno local ha decidido imponer multas a quienes no las porten.
Al menos dos ciudades – West Hollywood y Santa Mónica – ya anunciaron que multarán a quienes no usen máscara en público. La multa más alta es de 300 dólares por la primera transgresión.