Los casos y muertes por coronavirus están repuntando a lo largo de la costa del Caribe de Colombia a medida que la región se convierte en el epicentro de la pandemia en el país sudamericano, mientras los médicos advierten que muchas muertes no se detectan.
El país, el tercero más poblado de América Latina, ha reportado oficialmente más de 113.000 casos de coronavirus y casi 4.000 fallecidos entre sus 50 millones de habitantes.
La cifra parece baja aún en comparación con algunos países vecinos, con el gigante regional Brasil sobrepasando las 64.200 muertes el sábado.
La región del Caribe colombiano representa alrededor del 40% de los casos reportados en el país y poco más de la mitad de sus muertes, según un análisis de datos gubernamentales realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El presidente Iván Duque dijo a Reuters el mes pasado que su Gobierno está intensificando su respuesta a la pandemia en la región del Caribe dada la concentración de casos allí, después de adoptar medidas estrictas para frenar la infección en ciudades como Cartagena.
El departamento del Atlántico, con su capital portuaria, Barranquilla, ha registrado más de 1.300 muertes, superando a Bogotá pese a tener alrededor de un tercio de la población de la capital.
Los médicos dicen que, a pesar de un mayor número de camas de cuidados intensivos y medidas de distanciamiento social más estrictas, es probable que no se declaren todas las muertes en la ciudad de 1,2 millones de personas.
“Seguimos pensando que hay una disociación en lo que está pasando en la ciudad y lo que se está reportando en las páginas oficiales”, dijo a Reuters Carmen Polo, doctora en Barranquilla y presidenta del capítulo caribeño de la Asociación Colombiana de Medicina Interna (ACMI).
El secretario de salud de Barranquilla, Humberto Mendoza, negó que hubiera un subregistro significativo de muertes en la ciudad.
No obstante, Polo, quien trabaja en la clínica Portoazul, dijo que la información errónea difundida en línea sobre médicos que contagian a pacientes con la enfermedad disuade a las personas de buscar tratamiento.
MUERTES EN CASA QUE NO SE CUENTAN
Los que mueren en casa con síntomas de coronavirus no se clasifican como casos sospechosos y no se hacen pruebas, explicó.
“Retroalimentándose con la información que dan los familiares y el cuadro clínico que presentó el paciente, muy seguramente tú como médico sabes que esa persona falleció por coronavirus”, afirmó Polo.
Juan Márquez, otro médico de Barranquilla que remplazará a Polo como presidente del capítulo caribeño de ACMI en agosto, coincidió en que las muertes se están deslizando por entre las grietas.
“Muchos pacientes han fallecido y están falleciendo de pronto a nivel de urgencias. A veces ni siquiera llegan a las unidades de cuidados intensivos”, advirtió.
Aunque Barranquilla adicionó cerca de 200 camas en Unidades de Cuidados Intensivos desde que comenzó la pandemia, con un total de alrededor de 600 operando, tanto Polo como Márquez dijeron que las unidades están operando cerca de su capacidad.
Aunque los casos confirmados de coronavirus en las UCIs de la ciudad son de poco menos de 80, Márquez dijo que incluir casos sospechosos mostraría un aumento sustancial. “Si a eso le sumamos los casos que no están determinados (…), podemos multiplicar esas cifras por tres”.
El alcalde de Medellín, Daniel Quintero, dijo en Twitter a finales de junio que su ciudad había recibido pacientes de UCI de Barranquilla.
El secretario de salud Mendoza admitió que algunos casos asintomáticos pueden no estar probados, pero reconoció que Barranquilla tiene la tasa más alta de pruebas en el país.
La ciudad ha realizado más de 67.600 pruebas, que según el Instituto Nacional de Salud (INS) equivalen a poco más de 55.000 pruebas por millón de personas. Esto coloca a la ciudad en el segundo lugar a nivel nacional, detrás del departamento de Amazonas, según cifras del INS.
Mendoza dijo que las UCI no son la respuesta para combatir la enfermedad, que debe ser confrontada para detener su propagación.
Los jóvenes con una baja percepción del peligro de coronavirus no han seguido las reglas de distanciamiento social ni han usado máscaras faciales diligentemente, denunció.
“La falta de diagnóstico presenta una falsa información de que no hay casos o que no hay mortalidad, porque eso después va a verse fácilmente, y lo más fácil es la historia”, dijo Mendoza. “La historia no perdona, la historia mostrará el comportamiento real de cada una de las poblaciones”, concluyó. Reuters