El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dijo el miércoles que “estaba muy bien” después de contagiarse de coronavirus y atribuyó lo leve de sus síntomas a un medicamento que no ha mostrado eficacia en los pacientes.
Bolsonaro dio positivo el martes para COVID-19, uniéndose a una pequeña lista de líderes mundiales que han contraído la enfermedad. Pero el diagnóstico parece haber hecho poco para alterar la visión sobre el virus del capitán en retiro del Ejército de 65 años, que minimizó en el pasado la dolencia diciendo que es “una gripecita”.
El martes por la tarde, Bolsonaro dijo que ya se sentía mucho mejor al tomar lo que describió como su tercera dosis de hidroxicloroquina.
Hay poca evidencia científica que respalde la eficacia del medicamento contra la malaria para tratar el COVID-19 pero Bolsonaro, como su par estadounidense Donald Trump, la ha defendido como una potencial cura.
“A los que están en contra de la hidroxicloroquina, pero no presentan alternativas, lamento informar que estoy muy bien con su uso y, con la gracia de Dios, viviré por mucho tiempo”, escribió Bolsonaro en Twitter junto a una fotografía en la que aparece sin mascarilla y sonriendo.
La agenda pública del presidente mostró cuatro videoconferencias con funcionarios de alto rango del gobierno, incluyendo al ministro de Defensa, Fernando Azevedo.
Con 1,6 millones de casos confirmados, Brasil tiene el peor brote de coronavirus fuera de Estados Unidos. El virus ha provocado la muerte de más de 66.000 personas en el país más grande de América Latina.
El manejo de la crisis de Bolsonaro ha generado críticas de expertos en salud pública ya que se opone a los esfuerzos estatales y de ciudades para imponer distanciamiento social, argumentando que el daño económico sería peor que la propia enfermedad.
El mandatario ha relevado de sus cargos a dos ministros de Salud durante la pandemia, ambos médicos, y los reemplazó de manera interina con un general de Ejército en servicio. Reuters