Johnny Depp negó ser un “monstruo” que golpeó a su exesposa, la actriz Amber Heard por haberse burlado de uno de sus tatuajes, durante su testimonio el miércoles el segundo día de su demanda contra el tabloide The Sun.
Con la cara cubierta con un pañuelo, los exesposos llegaron por separado a la Alta Corte de Londres, que examina durante tres semanas el caso del Sun y su propietario “News Group Newspapers” (NGN).
El actor, de 57 años, héroe de la saga “Pirata del Caribe”, les reprocha haber presentado como un hecho probado, en un artículo publicado en abril de 2018, que había golpeado a su exesposa, de la que se divorció con estruendo en 2017.
Durante la audiencia, Johnny Depp fue interrogado sin descanso por la abogada de NGN sobre su adicción a las drogas y al alcohol.
Reconoció haber “sucumbido a sus viejos demonios” en marzo de 2013, después de 160 días de sobriedad, pero negó haber abofeteado tres veces a Amber Heard, como ella afirma.
Según la abogada Sasha Wass, la actriz se burlaba de un tatuaje de Johnny Depp, “Wino Forever” (“Borracho para siempre”), transformación de la inscripción “Winona Forever”, realizada después de su ruptura con la actriz estadounidense Winona Ryder, en los años 1990.
Después de tomar conciencia de sus actos, habría hablado por primera vez a su mujer del “monstruo” que vive en él, “el alter ego, la persona que toma el control cuando uno está bajo la influencia del alcohol y las drogas”.
“Eso es absolutamente falso”, respondió Johnny Depp. “No le pegué a Amber”.
Los dos actores se encontraron en el rodaje de “Ron Express” en 2011 y se casaron en febrero de 2015, en Los Ángeles. Se divorciaron dos años después.
La actriz, de 34 años, hizo referencia en ese momento a “años” de violencia “física y psicológica”, acusaciones fuertemente refutadas por Johnny Depp. AFP